Cada vez son más personas las que acuden a terapia psicológica por diferentes motivos, debido a la conciencia actualmente extendida de que es tan importante cuidar nuestra salud mental como nuestra salud física.
Por ello, las personas acuden a la consulta del psicólogo, para resolver sus problemas psicológicos, sentirse mejor o bien simplemente para robustecer aquellos puntos fuertes que buscan potenciar.
¿ Malestar psicológico?
- ¿Ansiedad? ¿Tristeza? ¿Ira?
- ¿Preocupaciones? ¿Pensamientos negativos?
- ¿Necesitas ayuda para afrontar los problemas del día a día?
- ¿Dificultad para gestionar tus emociones?
- ¿Estado de ánimo bajo? ¿Sientes que no puedes disfrutar de la vida?
- ¿Problemas para dormir? ¿Te cuesta mantener la calma?
- ¿Te autocriticas demasiado?
- ¿Te cuesta conseguir tus objetivos?
¡Podemos ayudarte!
Cualquier motivo para ir a terapia psicológica es bueno, ya que siempre entrañará grandes beneficios en la persona que los recibe.
¿Qué impacto tiene en nuestra salud y estabilidad mental confiar en un experto de la mente? Nos ayuda a comprendernos mejor. Muchas veces no somos capaces por nosotros mismos de interpretar nuestros sentimientos o emociones, nos sentimos perdidos y en ocasiones muy cambiantes.
Es perfectamente entendible que haya personas con miedo o resistencia a acudir a terapia psicológica. De hecho, en nuestro post sobre los peligros del autodiagnóstico abarcamos este tema. ¿Por qué hay personas que no desean ir a consulta?
- Porque tienen una personalidad muy tímida o insegura, que les hace evitar exponerse a situaciones en las que tengan que abrirse emocionalmente.
- Porque alguna creencia a la que se aferran les hace rechazar este tipo de ayuda o de concepción clínica.
- Porque sienten que tienen una falta de recursos para afrontar un tratamiento psicológico.
- Porque han tenido alguna mala experiencia en consulta psicológica y piensan que puede repetirse.
- Porque el problema o trastorno que presentan es severo, impidiendo realizar una vida normal o comprender que no deben acudir.
A pesar de todo, se trata de una ayuda con la que podemos y debemos contar cuando nuestro interior psicológico no se encuentra bien. Antes de que sea demasiado tarde, conviene dar un paso al frente y tratar de averiguar qué nos pasa, para después contar con las herramientas para arreglarlo.
Cuando presentimos que podemos presentar algún problema psicológico, es importante no quitarle importancia y validez a nuestra creencia. No existe, por supuesto, una fórmula mágica para reconocer una situación digna de llevarnos a consulta, por ello, cabe confiar en nuestro instinto y, después, en el criterio de un profesional.
Esta figura será quien evalúe la gravedad o importancia de lo que padecemos y en base a ello, establecerá un tratamiento con unas características y duración determinada, o bien, unas pautas o ejercicios que seguir en nuestro día a día en el caso de que nuestra situación no sea grave.
Y es que, aunque a veces le restemos importancia, cuando nuestro interior no está del todo bien, cuando no nos sentimos fuertes, seguros, con la autoestima robusta, cuando no logramos superar algo, o hay algo que nos obsesiona, no estamos bien.
Podemos tener una vida normal, puede no reflejarse en nuestro aspecto o no impactar de forma directa en nuestros hábitos y costumbres, pero sí, hay una “sombra negra” que nos está alejando de nuestra felicidad, de la aceptación, de la realización personal y de la paz interior.
¿Crees que deberías acudir al psicólogo? ¡Confía en nosotros!
Deja una respuesta