Las emociones son respuestas que se desencadenan ante determinados acontecimientos. Son fruto de miles de años de evolución y sirven para adaptarnos al medio. Por ejemplo, imaginemos que vamos caminando por el campo y de repente se acerca a toda velocidad un animal grande, con ojos inyectados en sangre y grandes colmillos. La reacción emocional que tendríamos todos sería de miedo. La percepción del peligro desencadenaría una serie de mecanismos fisiológicos que facilitarían la conducta de escape, defensa o lucha.
Este proceso es fruto de miles de años de selección natural. Somos descendientes de los que ante un depredador echaron a correr, se defendieron o lucharon contra él. Los que no habían desarrollado suficiente el mecanismo del miedo no sobrevivieron el tiempo necesario para llegar a reproducirse.
Robert Plutchik (1994) clasifica las emociones en primarias y complejas.
Emociones primarias: Alegría, tristeza, miedo, enfado, aceptación, rechazo, anticipación y sorpresa
Las combinaciones de estas emociones darían lugar al segundo grupo:
Emociones complejas: Amor, sumisión, sobrecogimiento, decepción, remordimiento, desprecio, agresión y optimismo.
Según Reeve (1994) la emoción consta de cuatro dimensiones:
Fisiológica: preparación física para la adaptación ambiental. Por ejemplo, ante la presencia de un depredador la frecuencia cardiaca sube, la sangre se distribuye por la musculatura periférica, la respiración es más rápida y las pupilas se dilatan. Todos los mecanismos están dirigidos a salvar la vida.
Subjetiva: referida a pensamientos, sentimientos e imágenes. Es el significado subjetivo que otorgamos a la emoción. Por ejemplo la activación fisiológica de una persona en una montaña rusa será muy similar a la de otra a punto de caer por un precipicio, pero el significado que le otorgamos es muy diferente.
Expresiva: referida a los gestos faciales y corporales dirigidos a la comunicación social de la emoción. La expresión facial de la tristeza sirve para reclamar la ayuda de nuestro entorno social. Es probable que ofrezcamos nuestra ayuda ante una expresión facial triste de un ser querido.
Funcional: Las emociones surgen como respuesta a acontecimientos vitales, aunque también pueden ser generadas por pensamientos o imágenes. Nos ayudan a modular nuestra conducta y en cierta intensidad, frecuencia y duración son adaptativas. Si vamos tranquilamente cruzando un paso de cebra y vemos que se abalanza sobre nosotros un autobús surgirá una emoción de miedo que nos preparará para poder escapar con vida de la situación
Avia y Vazquez (1998) describen las funciones de las principales emociones respecto a uno mismo y a los demás
Emoción
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Elemento suscitador
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Función respecto a uno mismo
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Función respecto a los demás
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Ira
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Frustración de objetivos
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Eliminar obstáculos o fuentes de frustración
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Prevenir posibles ataques o agresión relacional al objetivo
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Tristeza
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Pérdida de un objeto valorado / falta de eficacia
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Reducir actividad previniendo un posible trauma posterior; conservar energía
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Suscitar compasión y empatía
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Miedo
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Percepción de peligro
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Identificar la amenaza; promover ataque – huida
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Indicar sumisión, prevenir ataques
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Desprecio
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Percepción de superioridad
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Organizar y promover la posición social y dominancia
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Indicar dominancia sobre otros
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Vergüenza / Timidez
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Consciencia de ser observado
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Proteger posibles violaciones de la intimidad
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Indicar necesidad de intimidad
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Culpa
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Reconocimiento de haber hecho algo mal cuando el escape no es posible
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Da lugar a intentos de reparación
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Producir posturas sumisas que reduzcan la posibilidad de ataque
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Asco
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Percepción de sustancias o individuos peligrosos
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Repeler cosas nocivas
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Tabla 3.1Para qué sirven las emociones. (Avia, M.D. & Vazquez, C. (1994) El optimismo inteligente. Alianza. Madrid)
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