Esta semana me apetece compartir contigo una experiencia que me marcó tremendamente hace unos cuantos días en Lisboa. Fue volver a darme cuenta de lo necesario que es la vuelta a lo verdaderamente importante.
No sé si habrás estado alguna vez en esta maravillosa ciudad, pero si no lo has hecho, te lo recomiendo. La ciudad huele a mestizaje, a vida, a Saramago, a Chiado y a Pessoa, en fin, huele a libertad.
Pues estando caminando por el barrio de Alfama, en el mirador de Portas do Sol me encontré con Lamah.
Contenido
¿Quién es Lamah?
Como te decía, enfrentaba el penúltimo día de viaje por Portugal. Había pasado por toda la costa el Algarve, Durmiendo en Faro y en Lagos, y por último había subido a Lisboa para empaparme de la ciudad.
Era ya nuestro último día en Lisboa y estábamos exprimiendo hasta el último minuto dando un paseo por uno de los barrios con más solera de Lisboa.
En una de sus calles se encuentra el mirador de Portas do Sol. Tiene unas vistas preciosas del río tajo y como es normal, en mitad de agosto, es bastante turístico.
¿Quieres que te ayudemos personalmente?
Como era de esperar, los turistas se agolpaban para ver el atardecer. Entre ellos había varias personas intentando vender todo tipo de sombreros, collares, pulseras palos selfies y demás bártulos de turista.
Pues uno de ellos era Lamah
Preguntó si éramos españoles y comenzó a hablarnos de que había vivido por Madrid. Nos contó que tenía tres hijos y una mujer preciosa.
Contó que había nacido en Cabo Verde. Había viajado por todo el mundo buscándose la vida.
Ahora trabajaba por las mañanas en un restaurante, ayudando a un amigo a preparar el género y por las tardes disfrutaba de las vistas de los miradores de Lisboa vendiendo recuerdos a los turistas.
Se le veía un hombre totalmente transparente y pleno.
Nos dijo que lo más importante de la vida era tener salud. Lo demás era seguir caminando. Sin rendirse.
Estuvimos hablando de las dificultades que estamos pasando tanto los españoles cómo los portugueses y él le quitaba importancia.
Me decía que a él le gustaba la comida africana, comía mucho arroz, no necesitaba demasiado dinero para alimentar a su familia. Decía que a veces, si su mujer estaba de acuerdo, se iba tres o cuatro meses a buscarse la vida por España.
Había trabajado en muchísimas cosas, había pasado por muchas situaciones difíciles y siempre había salido adelante.
Estuvimos hablando con él unos veinte minutos y al final cogió y nos regaló tres pulseras. Así de forma desinteresada. Evidentemente me negué a aceptarlas gratis y se las pagué. Pero su intención no era la venta, era hacer amigos.
Vuelta a lo verdaderamente importante
Qué razón tiene Lamah, sin salud no vamos a ningún sitio. Si no estamos sanos para qué leches queremos el trabajo, el dinero o unas vacaciones en las Maldivas.
Absolutamente para nada.
Maltratamos nuestros cuerpos todos los días sin ser conscientes de que son lo único que tenemos. Vivimos en ellos durante todas nuestras vidas, y cuando digan basta, se acabó.
No cuidamos nuestra alimentación, hacemos poco deporte y abusamos de sustancias que son nocivas para nosotros.
Encima le echamos la culpa al estrés y a el ritmo de vida que llevamos.
Claro que el estrés influye, pero como no nos empecemos a cuidar, el ritmo de vida que llevamos va a pasar a ser cosa del pasado.
La esperanza de vida es cada vez mayor por lo que llegar a nuestro final con calidad de vida es cada vez más difícil.
No sé tú, pero yo quiero ser un anciano que sea capaz de pasear todos los días por el monte. No quiero estar pegado a una botella de oxígeno o atado a una silla de ruedas.
Evidentemente hay circunstancias que escapan a mi control, pero en la medida de lo posible estoy dispuesto a poner todo de mi parte.
Preocúpate por lo verdaderamente importante
¿Qué le preocupaba a Lamah?
Pues básicamente poder dar de comer a sus hijos y disfrutar de una larga vida con ellos.
No se quejaba de levantarse a las 6 de la mañana o no poderse comprar un coche último modelo.
El simplemente luchaba cada día para mantener lo que para él era lo importante.
Disfrutaba cada noche de poder dar un beso a sus hijos antes de irse a dormir. Le encantaba comer los platos tradicionales que le preparaba su mujer. Disfrutaba de las pequeñas cosas. Y se le notaba en la cara de que era inmensamente feliz.
No se perdía en las trampas que nos pone esta sociedad. A él no le importaba nada tener un pantalón de marca o lucir abdominales, a él le importaba ser feliz. Y sinceramente, creo que lo consigue día a día.
Centrarse en dar más que en recibir
En ningún momento intentó vendernos nada, solamente le importaba el contacto social. Te aseguro que eso se nota, después de pasar varios días por ciudades turísticas te das cuenta de las diferentes actitudes.
Encima después de terminar de hablar con él, nos quiso regalar una pulsera a cada uno. De verdad que en ningún momento nos pidió dinero. Lo hizo de manera agradecida. Por haberle escuchado. Por haber compartido unos minutos de nuestras vidas juntos.
Realizar actos amables y altruistas es uno de los pilares del bienestar. Además de contribuir a mejorar el mundo, está demostrado que supone un impacto positivo en el estado de ánimo y ayuda a incrementar las emociones positivas.
Te hace ser consciente de lo que realmente tienes. Te predispone a vivir la vida desde la perspectiva de la abundancia.
Los estudios dicen que la frecuencia perfecta es una vez a la semana realizar un gran acto de amabilidad o concentrar varios más pequeños. Te recomiendo que incorpores a tu vida esta práctica desde ya.
Conclusión
La conclusión básicamente es que dejemos de ser robots y nos convirtamos cada día en un poco más humanos. Simplemente eso.
Ahh, si vas a Lisboa, cómprale una pulsera a Lamah, que es un buen tío.
Creo que tienes toda la razón, lo más importante es la salud, con ella lo podemos hacer todo, hasta ser felices, pero nos empeñamos en no serlo;
Por un comentario sin impotancia, por querer más de lo que necesitamos y creo que lo más absurdo es…
Esperar algo de los demás, que no te pueden dar. Aveces el mundo es más sencillo de como lo vemos.
Hay que vivir y dejar vivir, hay que respetar todas las opiniones, ya que nadie creo que quiera fastidiar aposta.
Pero aveces vemos fantasmas donde no los hay.
Por eso la vida parece un laberinto, tenemos prioridades, que no nos incumben y descuidamos lo más importante, nosotros mismos, si tú estás bien, todo a tú alrededor estara bien.
Absolutamente de acuerdo Conchi, Como decía el Gran Albert Elis, creador de la terapia racional emotiva, «Hay tres monstruos que no nos permiten avanzar: Tengo que hacerlo bien, tienes que tratarme bien, y el mundo debe ser fácil»
Hola Jesús.
Preciosa y emotiva historia.
Me ha encantado.
Es muy cierta y los seres humanos no valoramos casi nada nuestra salud.
Nos hacemos daño con muchas cosas.
Yo sí valoró la mía y la cuido,pero claro hay veces q por circunstancias sufrimos y ella se resiente.
Nos preocupamos y ocupamos más por otras cosas,somos incorformistas y nunca es suficiente lo q tenemos.
Eso es la verdad de casi todo el mundo.
Siempre queriendo más,queriendo q todo sea perfecto,tener de todo. …
En fin….
Yo no me meto en ese círculo de materialismo,intento ser feliz con muy muy muy poco,pero si me meto en el círculo quizás de no valorar correctamente lo q tengo,y créeme q es mucho,y a veces no lo veo..
Gente q me aprecia y me quiere,un hijo maravilloso y salud.
Ahora no tengo trabajo pero sobrevivo,y estoy segura q llegará.
Puedo levantarme todos los días,puedo comer todos los días y ver la sonrisa y risas de mi hijo Marcelo…
Q más quiero??
Un abrazo para ti y otro para ese tipazo llamado Lamah. .
??
Es que esa es la clave. Por muy mal que vaya todo, al final amanece cada día, tenemos para comer, vestirnos y un techo… ¿Qué importa lo demás?
Pues Jesús, es una suerte tomarte d vez en cuando con gente así. Cada vez nos olvidamos más de la esencia y es que solo somos personas, todos solo somos personas.
Absolutamente de acuerdo. Pero lo malo es que estamos rodeados de personas así, lo único que hace falta es abrir los ojos. Un abrazo Fátima
Hola Jesus, hermosa historia.
Desde hace unos meses agradezco por la noche, cuando voy a dormir y por la mañana, al despertar, el estar VIVA, tener salud, agradezco lo que tengo y a quien tengo y solo pido fuerzas para seguir adelante y por tener paciencia para superar las dificultades.
Gracias por tus publicaciones, a veces solo nos damos cuenta de estas cosas cuando tienes la suerte de encontrarte a alguien como Lamah.
Eso es un hábito precioso Amanda, me alegro muchísimo de que lo hagas. Funciona genial, nos ayuda a darnos cuenta de todo lo que tenemos. Un fuerte abrazo, gracias por tu comentario.
¡Hola Jesús!
Una historia preciosa y muy inspiradora.
Me ha venido a la memoria esa frase que dice: «No es mas rico el que más tiene sino el que menos necesita». Es auténtica como la vida misma.
Gracias por tu tiempo.
¡Un abrazo!
¡Hola Jesús!
Una historia preciosa y muy inspiradora.
Me ha venido a la memoria esa frase que dice: «No es mas rico el que más tiene sino el que menos necesita». Es auténtica como la vida misma.
Gracias por tu tiempo.
¡Un abrazo!
¡Absolutamente de acuerdo! un abrazo María
Me fascinan esos encuentros. Entre más los practicamos, llegan a nuestro diario vivir personas que ¡nos enseñan tanto! a través de su sencillez. Estoy muy lejos de Lisboa, pero por acá (Méx) también hay varios «Lamah». Te envio desde aquí felicitaciones y agradecimientos, Jesús, por recordarnos qué es lo verdaderamente importante en nuestras vidas.
¡Estamos rodeados e buenas personas! Lo que pasa es que nos enseñan a desconfiar de nuestros iguales. Me alegro Giselle de que te haya gustado. Un abrazo
Gracias jesus, hoy me hacia falta volver a reconectar con lo que de verdad es importante….incluso para una persona como yo que trabaja con personas en situaciones difíciles y pocos recursos a veces nos metemos en la maquinaria del día a día y nos olvidamos de lo esencial. Que debemos estar agradecidos por respirar, por el sr que limpia mis calles, por el agua calentita de la ducha diaria, por la sonrisa de mi hijo, por mi primer café del día mirando por la ventana etc…..un millón de gracias.
Es importante parar y darse cuenta de estas cosas Gladis. Sino al final nos perdemos en todo el ruido que nos rodea.
Hola Jesús; he leído hoy este post tuyo y la verdad, me ha enternecido;
cuánta sabiduría la de ese Lamah;
la mayoría de las personas nos dejamos llevar por cantos de Sirenas, pero algunos como él, no.