Algunas claves para controlar el enfado de los niños

por | 21 Nov, 2019 | comportamiento, emociones, mente, Sin categoría, terapia

felicidad

¿Quieres aprender a controlar el enfado de los niños? ¿Te suena la ira, las pataletas, los gritos?

Son muchas las ocasiones en las que nos encontramos perdidos y no entendemos el porqué de las reacciones o los comportamientos de los niños.

Las emociones, tanto negativas como positivas, son necesarias y nos permiten adaptarnos a diferentes situaciones. No somos conscientes del papel que realmente juega el enfado en la vida, es una emoción que permite defendernos de agresiones o en situaciones que nos parecen injustas. Pero cuando el enfado, se convierte en ira descontrolada es muy perjudicial, tanto para uno mismo como para los que están a nuestro alrededor.

Pero esta emoción se vuelve más delicada cuando nos referimos a ella en niños, quienes no han adquirido todas las reglas sociales que les hacen controlar este sentimiento.

La ira es una emoción básica; si no sintiéramos ira, muchas situaciones injustas de la vida no las hubiéramos superado. Esta nos permite luchar por aquello que consideramos que no está bien, mostrar descontento y luchar para evitar que no se repita.

¿Qué factores hacen que se dé esta emoción en los niños?

Se podrían clasificar en dos tipos de factores:

  • Internos, los propios del niño, como estar disgustado por algo que le ha salido mal.
  • Externos, se dan factores ajenos a él, como que se hubiera caído y hecho daño.

Lo malo de esta emoción no es que se dé en niños, es algo natural y adaptativo que permite que estos se enfrenten a situaciones que consideran injustas o que les ha hecho daño. Tiene repercusión a nivel fisiológico, cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca, el niño no aún no sabe comportarse y reaccionar agrediendo o insultando a otras personas.

¿Cómo controlar el enfado en los niños?

Existen determinadas claves que ayudan a controlar el enfado en los niños, fortaleciendo su inteligencia emocional y ofreciendo las herramientas necesarias para poder desarrollarse como adultos en el futuro.

Los humanos por instinto tendemos a reaccionar de forma agresiva, pero no es sano hacerlo en cada una de las situaciones que nos generan enfado, ya que puede ser perjudicial para el niño y repercutir en la esfera emocional. Es importante enseñar a los niños a manejar esta situación y a controlar el enfado .

El paso previo es ayudarles a entender qué es la ira y qué función cumple:

  • La ira es una emoción, cuando la sientes estás irritable, molesto y tenso.
  • No es mala
  • Su función es como el cuerpo te cuenta que hay algo que te molesta y tienes que solucionarlo.
  • Todos nos enfadamos en algún momento.
  1. Desarrollar la empatía

Esto quiere decir hacer comprender al niño que otras personas tienen sentimientos, intentando que se pongan en el lugar del otro.

Para fomentar el pensamiento empático, se pueden presentar situaciones al niño, como que hayan pegado a un compañero o bien se haya hecho daño y preguntarle cómo cree que se sentiría en esa situación, qué cree que podría hacer quien se enfada…Reconocer y expresar la ira.

2. Reconocer y expresar la ira

Si el niño está inmerso en un episodio de enfado es más difícil negociar con él. No nos escucha, está haciendo mucho ruido, dando golpes o rompiendo cosas. Lo recomendable en este caso es esperar a que se haya calmado para hacerle ver lo que ha hecho o por qué se ha enfadado. Es importante dar al niño herramientas que sean constructivas y promuevan la creatividad, como pensar, dibujar o escribir en un papel como se siente y mientras tanto vaya diciendo lo que siente o qué significado tiene.

3. Técnicas de autocontrol

Los niños deben aprender que cualquier sentimiento es válido, pero no cualquier comportamiento. Deben tener claro que están en su derecho de enfadarse o sentirse ofendidos cuando les hacen algo que no les ha gustado, pero no tienen la obligación de responder de forma violenta.

Dar patadas, golpear, insultar…  son conductas que no podemos tolerar en los niños, ni reprocharles que lo hayan hecho. En caso de que lo hayan hecho y de forma violenta, el castigo es una medida necesaria. Lo recomendable es enseñarles técnicas que puedan usar cuando están enfadados.

Por eso mismo, una de las mejores técnicas que se pueden utilizar para fomentar el autocontrol es la técnica del semáforo, esta implica hacer un semáforo con cartulinas de papel, con luces de tres colores diferentes. Con la luz roja indicamos que debe parar con aquello que está haciendo ya que no está controlando su ira. Con la amarilla indicamos que debe meditar sobre lo que está haciendo y por qué lo hace. Con la verde le decimos que exprese lo que siente.

4. Ejercicios de respiración

Respirar profundamente antes de hacer algo de lo que uno se pueda arrepentir es una buena forma de reducir la ira, mientras el niño hace esto se le puede decir que piense en un lugar bonito, como un bosque, un campo de flores o una tienda de caramelos. Las imágenes agradables, junto a una respiración profunda ayudan a la relajación y a pensar con claridad.

5. Liberar tensiones

También es cierto que los niños que hacen actividades muy exigentes, como fútbol o natación, llegan a casa más relajados. El deporte hace que se produzcan más endorfinas que contribuyan a un estado de relajación y bienestar. Y actúa como técnica de autocontrol, permitiendo manejar el enfado de forma más calmada.

Los entrenadores suelen tener técnicas para enseñar a los niños a comportarse con deportividad, sin que se enfaden. Estas técnicas también pueden ser útiles y positivas para el niño en otros lugares.

6. No reaccionar ante sus enfados

El comportamiento del niño no depende únicamente de la personalidad de este. La educación es un factor fundamental para que el niño acabe siendo un adulto adaptado.

Además el primer entorno educativo en el que está inmerso el niño es su propio hogar, y los padres no saben responder adecuadamente ante los episodios de ira de un hijo. En muchas ocasiones buscan ser el centro de atención por cualquier motivo, si se les hace caso, ellos ganan y seguirán comportándose mal sabiendo que con ello consiguen lo que quieren.

¿Cuándo llega el momento de buscar a un profesional?

Normalmente los niños aprenden a gestionar la ira ya sea por la disciplina que le ofrecen sus padres o profesores o por las influencias de la cultura con la que tienen contacto. Pero hay niños que no llegan a adquirir el autocontrol suficiente aunque se haya hecho todo lo posible para que el niño actuara de forma apropiada.

Antes de que los padres se culpabilicen por pensar que no son buenos educando o crean que su hijo no tiene solución, existe esa necesidad de acudir a un profesional de la salud mental, y asegurarse de que realmente el problema no se deba a ningún otro trastorno de conducta del desarrollo.

El profesional analizará cuáles son los desencadenantes de la ira en el niño, si se debe a factores familiares o es que el niño sufre algún tipo de problema que hace que le cueste controlar el enfado.

Es importante disponer de las herramientas terapéuticas para fomentar un correcto desarrollo en el niño, también hay que tener en cuenta la edad del niño para aplicar el tratamiento más acorde a su estado evolutivo.

El objetivo es que poco a poco el niño necesite cada vez menos ayuda y pueda empezar a utilizar y aplicar las estrategias el solo y controlar sus propios enfados.

En conclusión, controlar el enfado en los niños es una tarea que requiere tiempo, es un reto para todas aquellas personas que le rodean. Requiere tiempo, constancia y ganas por cambiar.

Si necesitas ayuda de un profesional que te guíe sobre como afrontar la situación solicita información en nuestra web.

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