Contenido
- 1 ¿Qué significa exáctamente Altas Capacidades?
- 2 Características generales del grupo de Altas Capacidades (AACC)
- 3 Evaluación de Altas Capacidades
- 4 ¿Cuál es la situación actual en la Comunidad de Madrid?
- 5 Problemáticas específicas del grupo
- 6 Pautas específicas para familiares de niños con altas capacidades
- 7 Conclusiones
¿Qué significa exáctamente Altas Capacidades?
Para empezar, debemos tener en cuenta qué se considera Altas Capacidades (AACC) y qué no.
La Organización Mundial de la Salud define a las personas con AACC como “aquellas personas que cuente con un cociente intelectual superior a 130”.
Sin embargo, pese a la rigurosidad de los test de inteligencia, hoy en día los especialistas en el diagnóstico de la Alta Capacidad no tienen en cuenta únicamente este dato y se basan también en características cognitivas y motivacionales.
A menudo, se suelen confundir las Altas Capacidades con muchos otros términos que dificultan la evaluación y el correcto diagnóstico de estas personas.
Uno de los principales errores es confundir las Altas Capacidades con el “alto rendimiento académico”. Pensamos que se trata de niños responsables, que muestran un especial interés por seguir la clase, silenciosos y aplicados, que todo lo saben, escriben perfectamente, leen sin parar y sacan muy buenas notas. Sin embargo, muchas veces la inteligencia implica justo lo contrario: inquietud (tanto física como mental), rebeldía y dificultad para aceptar las normas cuando no son razonadas.
Otro error es confundir Altas Capacidades con Talentos en una o varias áreas específicas. Las personas con talento pueden presentar una elevada capacidad en un ámbito en concreto y, a su vez, mostrar un rendimiento muy inferior en otras áreas.
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Un tipo de talento que se confunde con las Altas Capacidades es el talento académico. El talento académico es un tipo de talento complejo donde coinciden buenos recursos verbales, lógicos y memorísticos. Los profesores detectan frecuentemente este perfil dentro de las aulas por su alto rendimiento escolar y por su excelencia a la hora de retener información.
Por último, se pueden confundir Altas capacidades con la Precocidad. Los niños precoces son aquellos que presentan un mayor desarrollo evolutivo a una edad más temprana que los de su misma edad cronológica. Pueden adquirir conocimientos o destrezas antes que los demás niños. Esta precocidad es frecuente entre los niños con AACC, sin embargo, no todo niño precoz manifestará altas capacidades.
Características generales del grupo de Altas Capacidades (AACC)
Nos encontramos ante un grupo muy heterogéneo donde las características son muy diversas. Sin embargo, algunos autores, como Calero (2007) han encontrado rasgos distintivos y que este grupo suele compartir.
Estilo de Aprendizaje
Suelen enfrentarse a problemas y temas más complejos que los niños de su edad y tienen una gran capacidad de atención y observación.
Aprenden más rápido que el resto de los niños y de forma diferente. La facilidad a la hora de aprender hace que con poco esfuerzo obtengan un alto rendimiento.
Creatividad y curiosidad
Buscan nuevas formas de realizar las cosas y enfocar su manera de trabajar. Son hábiles a la hora de proponer soluciones y de imaginar y crear historias.
Son niños que puede generar muchas propuestas y respuestas a un mismo tema y que necesitan conocer por qué las cosas ocurren, cuestionar las normas, decisiones…
Es importante tener en cuenta que esta creatividad puede enfocarse hacia el mundo de lo artístico (música, pintura, teatro…) pero también hacia otras áreas como la mecánica, inventos, juegos, investigaciones, vestimenta…
Disincronía o Asincronía
Esto se refiere al desarrollo no homogéneo o equilibrado de todas las áreas, como la cognitiva, psicomotora, afectiva y social que a menudo está presente en los niños con altas capacidades. A veces puede haber un desarrollo cognitivo precoz, pero no necesariamente acorde con el emocional o el social. Este hecho puede hacerles sentirse diferentes a los demás y generar dificultades a la hora de socializar.
La disincronía puede ser de dos tipos: interna, cuando se refiere al desarrollo no homogéneo entre la capacidad más puramente cognitiva y el lenguaje, la capacidad psicomotora y la emocional; y la externa, que hace referencia a la discrepancia entre el niño y la escuela, la familia y su grupo de pares.
Características cognitivas
Poseen mucha flexibilidad cognitiva, es decir, capacidad para afrontar una situación novedosa, para adaptarse a un cambio, etc. Además, sus recursos de gestión de la memoria son muy eficaces, lo que hace que esto ayude a su buen rendimiento académico pero, además, que se acuerden de muchos detalles que no suelen ser comunes. Además, como rasgo también distintivo, muestran una gran velocidad en la adquisición y procesamiento de la información.
Características psicológicas
En cuanto a estas características, son muchos los estudios que hablan sobre ellas y cuyos resultados son diversos.
L.K. Silverman, M. Piechowski, L. K. Sword o E. Landau hablan de intensidad emocional, la cual consideran una de las características más definitorias y parte intrínseca de las altas capacidades. Esta intensidad emocional puede manifestarse de múltiples maneras: desde empatía y preocupación por los sentimientos de los demás, sensibilidad y profundidad en las relaciones y sentimientos como tristeza o alegría, sentimientos de inferioridad o inadecuación.
Otra de las características de este grupo es el perfeccionismo. Este es entendido como la necesidad de realizar bien las tareas, de conseguir logros, de mejorar, perseverar. Así, lo simple puede convertirse en complejo.
Debajo de esto puede subyacer una gran motivación personal o ir acompañado con el miedo al fracaso y con una baja tolerancia a la frustración.
En este aspecto, es importante atender al factor familiar y escolar. Las familias profesores y sus propias expectativas con respecto al niño pueden afectar a que se sientan presionados por hacer las cosas de manera excepcional y que, además, puedan desarrollar una autoestima basada en el logro y excelencia académica donde el fallo no se contemple.
Evaluación de Altas Capacidades
Para identificar si el niño tiene Altas capacidades se debe hacer una evaluación exhaustiva basada en medidas formales e informales.
Las medidas formales utilizan pruebas psicométricas para obtener información fiable, objetiva y válida de las características relevantes asociadas a las altas capacidades, como son el rendimiento intelectual y la creatividad.
Por otro lado, las medidas informales nos darán información cualitativa del niño y de su funcionamiento. Esta se basa en cuestionarios e inventarios no psicométricos, autobiografías, entrevistas…
La evaluación de AACC requiere de estos dos tipos de medidas de manera ineludible. No puede detectarse AACC sin realizar al menos una batería que evalúe de manera objetiva el Cociente Intelectual del niño. Teniendo esto en cuenta, no será fiable una evaluación basada exclusivamente en pruebas informales y que no contemplen lo anterior.
¿Cuál es la situación actual en la Comunidad de Madrid?
En la Comunidad de Madrid, para poder incorporarse en el Programa de Enriquecimiento Educativo para Alumnos con Altas Capacidades el niño/a debe tener una capacidad intelectual global igual o superior a 130, valoración positiva de la creatividad, persistencia en la tarea, competencia social y personal.
Los resultados de la prueba de inteligencia deben ser homogéneos. Esto quiere decir que debe incluir al menos dos pruebas de inteligencia donde los resultados coincidan.
Además, será necesario evaluar de manera objetiva la creatividad a través del análisis de producciones, medidas o pruebas estandarizadas donde el niño tenga una creatividad equivalente al percentil 65 o superior.
Problemáticas específicas del grupo
Una de los problemas que suelen darse en este grupo es el Síndrome de bajo rendimiento. Pese a no estar reconocido por la American Psychological Association (APA), este problema afecta en ocasiones a este grupo tan diverso.
Se definiría como un bloqueo persistente en el niño que se manifiesta en la discrepancia entre el rendimiento esperable en relación a su potencial intelectual y/o creativo y su rendimiento real.
Las características que definen este síndrome son la desorganización, el aislamiento, la hostilidad, el bloqueo emocional, la falta de atención, perdida de interés y rechazo al colegio.
Para poder contemplar este síndrome el niño debería previamente haber cumplido las anteriores características del grupo AACC (rendimiento intelectual, creatividad, motivación, intereses, competencias…).
Estos niños pueden llegar a aislarse para protegerse de sus compañeros, para evitar el rechazo al categorizarles como “niños diferentes”. Llevan a cabo estas estrategias de protección ante los conflictos donde, si ven que su autoestima se ve amenazada, se pueden llegar a inhibir y aislar.
Pautas específicas para familiares de niños con altas capacidades
Estas son algunas de las consideraciones que podemos tener en cuenta a la hora de relacionarnos con una persona que tiene AACC:
- Evitar etiquetas del tipo “superdotado/a” o “genio”.
- Estimularlos a que desarrollen su potencial pero sin priorizar sobre su desarrollo general.
- No focalizar la vida del niño y/o familiar en el desarrollo de sus capacidades.
- Proporcionarles acceso a materiales de su interés, aunque no estén relacionadas con lo académico.
- Animarlos a resolver los problemas y conflictos sin miedo al error o al fracaso.
- Fomentar la autonomía, orientándolos hacia el modo de encontrar respuestas.
- Ocupar su tiempo libre con diferentes actividades de su interés.
- Estar abiertos a hablar con ellos/ellas sobre su educación, normas y situaciones cotidianas.
- Ayudarlos globalmente: no centrarse exclusivamente en los aspectos intelectuales olvidándose de lo social, familiar y emocional.
Conclusiones
La detección de Altas Capacidades debe ser multidimensional, considerando a los niños en su globalidad: capacidades intelectuales, sociales, emocionales, creativas, motivación, estilos de aprendizaje y contexto social. Sin olvidar que esta población es muy heterogénea y que no tiene por qué mostrar alto rendimiento en todas las dimensiones antes citadas.
Debe ser una evaluación cuantitativa (test y pruebas estandarizadas, calificaciones escolares…) y cualitativa (informes y observaciones del profesorado, información de las familias, nominaciones de iguales, autoinformes…).
Además, es importante que esté contextualizada, es decir, que recoja todos los aspectos y entornos del niño (social, educativo y familiar) y que forme parte de un proceso normalizado de evaluación.
Nos encontramos, como hemos mencionado antes, ante un grupo muy diverso donde la correcta detección puede ayudar a los niños a entender cómo son y las cosas que les pasan. Hay muchas maneras en la que estos niños pueden mostrarse: desde niños exitosos y con muy buen rendimiento académico a niños cercanos al fracaso escolar. Pueden pasar desapercibidos completamente o ser muy desafiantes y cuestionarse todo lo que les rodea.
Por último, la familia debe ser un entorno favorable donde se conciban los fallos y errores como parte del proceso de aprendizaje sano y no se categorice al niño como “genio”, “superdotado” o cualquier otra etiqueta que le presione a la hora de enfrentarse a los retos que supone la vida cotidiana y la escuela.
Si tienes alguna duda más sobre este tema ¡No dudes en preguntárnosla!
Una duda, Elena. Un niño de altas capacidades, por ejemplo matemáticas, geometricas, o lingüisticas, ¿ puede tener tambien altas capacidades o habilidades sociales?
Claro que sí Ana. De todas formas, le digo a Elena que se pase a contestar 😉