Liberarse de los complejos. – Como seres humanos, somos autoconscientes de nuestro propio cuerpo, de nuestra propia personalidad y de nuestra relación con el mundo. De esta mirada propia, muchas veces pueden nacer las críticas y complejos hacia uno mismo.
¿Qué son los complejos? Se trata de pensamientos comunes que experimentan la gran mayoría de personas, aunque sea en un periodo determinado de su vida. Son percepciones distorsionadas de uno mismo en mayor o menor medida que surgen de la comparación con otras personas.
En numerosas ocasiones, los complejos son originados por la propia sociedad, por las tendencias del momento, por las diferentes culturas y por la industria de la moda, que construyen y promueven unos estándares y modelos con unas características determinadas.
Los complejos no están solo relacionados con nuestro cuerpo y sus partes, también podemos tener complejos acerca de nuestra personalidad, nuestras capacidades, nuestras experiencias, posibilidades, etc.
Al final, los complejos no dejan de ser ese conjunto de pensamientos irracionales que, irremediablemente, nos llevan a la inseguridad, la falta de confianza en uno mismo y la pérdida de autoestima.
Si la autoestima falla, esto acabará reflejándose en nuestra personalidad, elecciones, relación con los demás, actividad profesional, etc. Por ello, es tan importante conocerse, aceptarse y amarse a uno mismo.
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¿Crees que no puedes liberarte de tus complejos? ¿Te gustaría aprender a quererte más? En este post te daremos algunos consejos para comiences a enamorarte de ti y superes poco a poco tus complejos.
Muchas veces, los complejos surgen en la adolescencia y si no se gestionan de forma correcta pueden extenderse a la etapa de la juventud y edad adulta.
El primer paso es darnos cuenta de que tenemos un complejo. En algunas ocasiones es muy evidente y reconocemos esta autopercepción con facilidad. En otros casos no se tratará de algo fácil de percibir y tendremos que analizar hasta qué punto estamos a gusto con nosotros mismos y qué partes escondemos u odiamos.
El segundo paso para liberarse de los complejos es tratar de entender de dónde surgen estos complejos. Esto pasa por examinar nuestros referentes y el grado de influencia que ejercen sobre nosotros, las personas con las que nos comparamos y los rasgos que comparamos, recordar alguna situación o comentario que realizaron sobre nuestra persona o cualquier otro origen que puedan tener.
Posteriormente, es importante comenzar un proceso que nos haga reforzar nuestra autoestima. ¿Cómo?
- Debemos conocernos, y valorarnos tal y como somos, no por lo que sentencien los otros.
- Debemos intentar dejar de buscar la aprobación de los demás.
- Es importante reconocer nuestras limitaciones, teniendo en cuenta que estas no nos hacen peores, sino simplemente diferentes. Además, cada persona, aunque no las veamos, tiene las suyas.
- Por ello, querernos reconociendo nuestras virtudes y defectos es importante y un acto de madurez.
- Tenemos que saber ver también todo lo bueno que hay en nosotros, no solo lo malo. Así podremos reforzarlo, cuidarlo y potenciarlo.
- Debemos tratar de tener pensamientos y actitudes positivos para poco a poco reforzar nuestra autoestima.
- Debemos trabajar en nuestros complejos, observando a otras personas con rasgos o características similares a las nuestras, entender que cada uno tiene sus particularidades y tratar de amar igual esas partes de nosotros.
Aunque pueda parecer complicado, no es imposible liberarse de los complejos. No obstante, no debemos olvidar que, en muchos casos, será necesario o aconsejable – según la complejidad y profundidad de los complejos – acudir a terapia psicológica para analizar el origen y causa de los complejos, así como para iniciar una nueva etapa en que aceptarnos, y querernos tal y como somos.
Gracias por el post, la verdad es que en esta sociedad en la que vivimos que parece que nos exija que seamos perfectos, con más razón tenemos que querernos más a nosotros mismos.
¡¡Gracias a ti Ana!!