Cada día pasamos más tiempo en nuestro lugar de trabajo. Los sueldos bajan y las horas que tenemos que invertir en nuestro puesto para llegar a final de mes van en aumento. Cada día más personas me preguntan cómo puedo ser feliz en el trabajo que ya no soporto
Si tienes un trabajo convencional estarás en torno 8 horas, en el mejor de los casos, eso supone un tercio de tu día. Si le quitamos las horas que duermes y le restamos el tiempo que inviertes en desplazamiento nos quedamos con que la mayoría de tu tiempo lo pasas trabajando. Si no te encuentras feliz en este lugar tu vida se puede convertir en un auténtico calvario.
Indefensión aprendida
La indefensión aprendida es un efecto psicológico que aparece cuando creemos que no tenemos control sobre las consecuencias de nuestros actos. Surge cuando percibimos que hagamos lo que hagamos las consecuencias van a ser negativas.
El resultado natural de esta percepción es que dejemos de intentar resolver el problema y nos resignemos a nuestro estado actual
Para que lo entiendas mejor, imagina que cada día te esfuerzas por mejorar en tu entorno laboral, cada mañana llegas a comerte el mundo, a dar lo mejor de ti. Pero, aunque los resultados llegan no te sientes valorado ni por tus compañeros ni por tus jefes. Es más, tu esfuerzo lejos de ser recompensado es visto con malos ojos por tus iguales porque piensan que les dejas en mal lugar.
¿Qué es lo que crees que pasaría?
Pues lo que sucede generalmente es que uno empieza a desarrollar emociones negativas hacia su trabajo. Empieza a aburrirse, a estresarse, a cabrearse o a entristecerse. Uno suele bajar el nivel de esfuerzo, pierde el entusiasmo, pierde las ganas de comerse el mundo cada mañana y llega un momento en el que te levantas y lamentas profundamente tener que pasar un tercio de tu día en el sitio que más odias. Empiezas a temer los lunes, y si tienes tendencia a la preocupación ya anticipar el futuro, es probable que los domingos por la tarde también.
Si esta situación se mantiene en el tiempo desarrollas un síndrome de burn out, o como lo llamo yo, estar más quemado que la moto de un hippie
Síndrome de burn out
El síndrome de burn out es un tipo de estrés producido por el trabajo que tiene consecuencias emocionales y físicas.
La respuesta de estrés consta de tres fases. La fase de alarma, la fase de huida y la fase de agotamiento. Los síntomas del burn out suelen coincidir con la última fase del estrés.
Suele ir acompañado con pérdida de energía, pérdida de la calidad del sueño, envejecimiento prematuro. Tenemos la sensación es de estar superados, descansamos mal, vivimos con prisas y tenemos una sensación sensación de angustia permanente, depresión, desánimo y deseo de huida a cualquier parte para alejarse de la situación, disminución de memoria y de orientación espacial.
También se relaciona con múltiples enfermedades físicas como hipertensión, enfermedades de la piel, enfermedades coronarias, problemas digestivos, dolores de cabeza o trastornos sexuales.
¿De verdad estás dispuesto a arriesgarte a padecer esa cantidad de síntomas físicos y psíquicos? ¿O quieres empezar a mejorar tu día a día?
Emociones negativas en el trabajo
Absolutamente todas las emociones cumplen un papel en nuestra vida y nos ayudan a adaptarnos. El problema es cuando estas emociones son demasiado intensas, demasiado frecuentes, demasiado duraderas o se disparan en situaciones en las que no nos valen para nada.
Ansiedad
La ansiedad surge cuando percibimos algo como peligroso. Aparece cuando creemos que estamos ante una amenaza.
Esta emoción nos prepara para la lucha o la huida y en determinadas situaciones puede ser muy útil. Nos tensa los músculos, nos aumenta la frecuencia cardíaca, respiramos más rápido, liberamos hormonas del estrés al torrente sanguíneo y una serie de respuestas fisiológicas que nos facilitan mucho la respuesta de escape o ataque.
Estarás de acuerdo de escapar o liarse a porrazos en el trabajo no es la forma más adaptativa de cumplir con tu cometido, pero desgraciadamente la respuesta de ansiedad es ancestral y nuestro cerebro es la única forma que tiene de reaccionar ante una percepción de peligro.
No te preocupes, el cerebro es reprogramable.
Tristeza
La tristeza surge cuando percibimos una pérdida. Puede ser desde un ser querido a pérdida de calidad de vida.
Esta emoción nos predispone a estar más reflexivos y a guardar energía. A su vez actúa como alarma para nuestros iguales que ante la aparición de señales externas de la emoción (Cara triste, o llanto por ejemplo) vienen en nuestra ayuda.
La emoción es tremendamente útil en determinados contextos puesto que nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre nuestra pérdida para así poder asimilar el golpe. Nuestros más allegados nos brindarán su ayuda para superar la situación. Por ello la tristeza ayuda a cohesionar los grupos y dotar a sus miembros de una fuerte sensación de pertenencia.
El problema es cuando nos sentimos tristes en el trabajo. El cuerpo nos va a pedir que bajemos la actividad que es justamente lo contrario a lo que quiere nuestro jefe, esto puede ocasionarnos nuevas “pérdidas” ya sea de salario, de días libres o de apoyo social lo que nos puede ocasionar más tristeza todavía. Solo nos falta coger la baja laboral para añadir inactividad a la ecuación y empezar una depresión.
Ira
La ira surge cuando vemos amenazados nuestros intereses sean cuales sean.
Esta emoción fisiológicamente se parece mucho a la ansiedad, ya que se acompaña de una activación del SNA simpático
La Ira, como las demás, tiene muchas ventajas que nos ayudan a sobrevivir. Por ejemplo, imagina que estás en medio de la selva y una tribu de indígenas te quieren quitar tu mochila de Bob Esponja. Evidentemente tu reacción normal será la de cabrearte un montón. Tu cuerpo reaccionará fisiológicamente para prepararte para la lucha.
Afortunadamente, en el trabajo la expresión emocional de ira no suele estar bien vista. No queda nada bien en el currículo agarrar por la pechera a tu jefe cuando viene a pedirte que te quedes dos horas más. Por el contrario la represión de la ira genera una acumulación de estrés muy grande que a la larga te predispone a tener un infarto de corazón.
Entonces, ¿Qué hacemos para mejorar nuestra calidad de vida en el trabajo? Vamos paso a paso.
Técnicas para mejorar tu bienestar en el trabajo
Voy a darte las claves para que puedas decir “Yo se cómo ser feliz en el trabajo que ya no soporto”. Hay algunas que las puedes poner en marcha en el mismo lugar donde desarrollas tu profesión, otras son para que las hagas durante tu tiempo libre. Estas últimas a la larga favorecerán la regulación de las emociones y te ayudarán tanto dentro como fuera de tu trabajo.
Recomendaciones para hacer fuera del trabajo
Ejercicio físico
No me canso de resaltar la importancia de hacer algo de ejercicio físico. Es bueno para tu salud física y emocional. No solamente te ayuda a regular emociones y favorece un aumento del estado de ánimo si no que fortalece tu sistema respiratorio y circulatorio. (A parte de un montón de cosas más)
Realizar ejercicio físico frecuentemente ha demostrado ser igual de eficaz que tomar antidepresivos para salir de una depresión, pero es que además previene recaídas.
Lo óptimo es que realices ejercicio físico por lo menos 3 o 4 veces a la semana, entre 20 y 60 minutos y que quemes entre 200 y 300 kalorías.
Las recuperaciones más espectaculares que he visto han sido en pacientes que empezaron a hacer ejercicio regularmente.
Un factor importante es que elijas algo que de verdad te guste. Te costará mucho menos ponerte la ropa deportiva después de salir del trabajo si la actividad física que vas a hacer te motiva
Si eres de los que nunca ha sido de deporte, puedes empezar por salir a caminar media hora todos los días. Verás como en 3 o 4 semanas empiezas a notar los efectos.
Entrenamiento en mindfulness
La práctica de esta técnica está demostrando innumerables beneficios. Cada vez leo más estudios en los que la práctica del mindfulness beneficia a los participantes. Se ha demostrado eficaz para miles de personas con decenas de patologías diversas. Es especialmente buena para prevenir el síndrome de burn out.
Practicar 10 minutos de meditación al día cambian la estructura de tu cerebro. Se fortalecen determinadas conexiones cerebrales que hacen que tu bienestar suba y tus síntomas de ansiedad y depresión bajen.
Ayuda a la regulación emocional. En la sociedad occidental no estamos acostumbrados a abrirnos a la experiencia de sentir emociones, sean de la índole que sean, este paso es imprescindible para conseguir regularlas. La práctica regular del mindfulness favorece esta apertura.
Fomenta la toma de decisiones ya que al regular de forma eficaz las emociones somos capaces de decidir basándonos tanto en lo racional como en lo emocional. Aprovechamos las dos vías de información que nos brinda nuestro cerebro para poner todos sus recursos a nuestra disposición.
Ayuda a vivir el momento tanto durante la práctica como fuera de ella. Al entrenar nuestra atención, nuestro cerebro empieza a ser más consciente de lo que nos pasa en el momento presente. Dejamos de lado los pensamientos anticipatorios (Esos pensamientos que tenemos todos los días y pronostican catástrofes que nunca llegan a ocurrir).
Ayuda a centrarse en lo que verdaderamente importa y conseguir no prestar atención a todo el “ruido “que rodea nuestro día a día.
Hora de las preocupaciones
Hay veces que no tenemos suficiente con trabajar un tercio o más de nuestro día si no que nos quedamos enganchados a nuestro trabajo a nivel mental. Salimos de trabajar y nos pasamos el resto del día preocupados por lo que tenemos que hacer mañana o rememorando todo lo que hemos hecho mal (O podíamos haber hecho mejor).
Hay varias tácticas para bajar el nivel de preocupación. Una de ellas es el mindfulness que ya has visto más arriba, otras las iré describiendo después, pero la que a mí personalmente más me gusta es la hora de las preocupaciones.
El ejercicio consiste en dedicar quince o veinte minutos a preocuparse adrede. No vale hacerlo mientras conduces o ves la tele, requiere que te sientes y solamente te preocupes.
El efecto es paradójico, al principio brotarán un montón de pensamientos, pero poco a poco verás como la capacidad de esos pensamientos para generarte ansiedad va perdiendo fuerza.
La preocupación actúa como la canción del verano (Si, has leído bien). Te encuentras en mitad de agosto con que no puedes dejar de tararear una canción que no te gusta. Cuanto más esfuerzo haces por dejar de cantarla, más se te viene a la cabeza. El truco es poner la canción tres o cuatro veces seguidas y cantarla. Verás como deja de molestarte.
Con las preocupaciones ocurre igual, con la repetición de los mismos pensamientos durante 20 minutos la respuesta de ansiedad se va reduciendo y la intensidad de la preocupación baja.
Puedes realizar esta técnica en varias modalidades, escribiendo, mentalmente o grabar las preocupaciones en un audio y escucharlas. Depende de lo cómodo que te sientas con cada modalidad.
Un buen complemento para esta técnica es que cada vez que te pilles a ti mismo pensando demasiado aplaces esa preocupación a tu hora destinada para ello. (Ni se te ocurra hacer esto solamente o aumentarás el nivel de estas)
Puede que la primera semana te encuentres más ansioso, es normal, estás empezando a regular emociones y tienes mucho que procesar, pero verás como a las 2 o 3 semanas no estás dando tantas vueltas a la cabeza.
Cambio de pensamientos automáticos negativos
El pensamiento es una interpretación de la realidad. Es decir que el mundo real pasa por el filtro de nuestras creencias y modifica nuestro estado emocional dependiendo de cómo lo veamos en ese momento.
Por ejemplo, si ante un examen sacamos un 8, si somos personas perfeccionistas y tenemos creencias del tipo “hay que ser siempre el mejor” o “o lo haces perfecto o no lo hagas” es posible que nuestra forma de ver la realidad sea negativa y sintamos emociones de ansiedad, tristeza o ira ante ese pedazo de nota.
Lo que quiero transmitir es que no es el mundo exterior el que nos genera emociones, si no, la visión que tenemos de este.
Un buen ejercicio es que identifiques los momentos en los que tus emociones negativas son más intensas y que apuntes qué se te pasa por la cabeza en ese momento y cuál es el evento que desata el pensamiento.
Hacer este ejercicio te ayudará a identificar las situaciones y el tipo de pensamientos que te hacen más daño. Te ayudará a conocerte más.
Una vez identificados los pensamientos es hora de empezar a cambiarlos. El primer paso es tomarlos como si fueran hipótesis (Recuerda que el pensamiento es una interpretación de la realidad, pero hay otras interpretaciones posibles) nada de tomar el pensamiento como si fuese una verdad absoluta.
Después pasamos a cuestionarlos. Una buena forma de hacerlo es ver la evidencia con la que contamos para pensar así (Por ejemplo, muchas veces nos creemos que somos inútiles, aunque en realidad sí que sabemos hacer muchas cosas).
Otra forma eficaz es cuestionarse la utilidad del pensamiento. ¿Me sirve para seguir adelante con mi vida o por el contrario me mantiene en un estado de ánimo bajo y no me ayuda a progresar? Si la respuesta es que no te sirve para nada, elige otra interpretación de la realidad ahora mismo.
La última forma que te propongo es evaluar si la emoción que sientes se adecúa a la situación que estás viviendo. Por ejemplo, si sientes una ansiedad muy intensa cada vez que tu jefe te saluda por la mañana, estarás de acuerdo conmigo que esa emoción te ayuda poco.
Para terminar, una vez realizado el análisis detallado del pensamiento, buscamos otro que se adecue más a la realidad.
Un buen ejemplo de cómo cambia un pensamiento sería el siguiente.
Suponte que al llegar a tu trabajo piensas “Odio mi trabajo”. Si empezamos a profundizar, nos daríamos cuenta que no odias las 8 horas que pasas allí, que los momentos de odio son puntuales, a lo mejor odias que tu jefe te grite, pero si hacemos un registro de las veces que te ha gritado en el último mes igual han sido 10 veces, y los gritos han durado un minuto. Esos 10 minutos al mes han conseguido teñir de odio las 40 horas semanales. (No quiero decir con esto que tengas que aceptar que nadie te grite). Cambiaríamos «Odio mi trabajo» por «No me gusta que mi jefe me grite, intentaré hacerlo lo mejor posible para que esto no ocurra»
Recomendaciones para hacer durante tu trabajo
Vamos ahora con las recomendaciones para aplicar dentro de tu entorno laboral
Fomento de contacto social
El ser humano es un animal social por lo que necesita de sus iguales para tener un nivel de bienestar considerable.
Compartir tiempo con tus iguales es reforzante en sí mismo, es decir, nos produce placer. Este tipo de actividades suben nuestro estado de ánimo y mejoran nuestra autoestima. Por lo que ya de partida no necesitas más razones que esta para fomentar el contacto humano.
El apoyo social ayuda a reducir los síntomas del estrés y la depresión. Además, actúa como un protector. Parece que las personas que disponen de un buen círculo de amistades soportan mejor las situaciones adversas.
Puede que tus compañeros de trabajo o tus jefes no sean el tipo de gente con la que te juntarías para pasar tu tiempo libre, pero la gran mayoría de personas tienen algo bueno que aportar. Te invito a que hagas el esfuerzo de descubrirlo.
Además, el trabajo se hace mucho más ameno si es compartido, sobretodo si tu cometido es repetitivo y aburrido, tienes que poner medios para hacer un círculo social fuerte.
Compartir nuestras frustraciones con otra persona hace que gestionemos mejor las emociones. Cuando pasamos las preocupaciones por el filtro de las palabras, nos obligamos a dotar a esos pensamientos de cierta coherencia para ser transmitidos mediante el lenguaje. Este hecho hace que las emociones que sentimos sean menos intensas. A su vez, hablar con alguien de un problema, ayuda a que encontremos y validemos diferentes soluciones.
¿No te ha pasado que después de hablar con un amigo sobre un problema tienes mucho más claro lo que tienes que hacer? Pues a eso me estoy refiriendo.
Por supuesto fomentar el apoyo social en el trabajo también te brinda beneficios instrumentales como la capacidad de delegar tareas en otras personas o de pedir ayuda cuando lo necesitemos.
Fomenta en el trabajo una actitud de amabilidad y agradecimiento y verás cómo poco a poco mejora el ambiente laboral a tu alrededor.
Practicar la amabilidad
La capacidad para ofrecerte voluntario para ayudar a los demás aparte de tener beneficios en tus relaciones con tus compañeros tiene la capacidad de hacerte más feliz.
Está demostrado científicamente que las personas más ambles son más felices que la media. Ojo, no confundir amabilidad con ser tonto y hacer el trabajo de los demás. Que esta actitud no se vuela en tu contra.
Una buena forma de no cargarte de responsablidades y optimizar los efectos de esta práctica en tu bienestar es planificar actos de amabilidad una vez a la semana (No significa que el resto de los días seas un borde y pases de la gente). Hay dos formas de hacerlo, o concentrar cuatro o cinco pequeños actos en el día o hacer algo gordo por alguien.
Solamente tienes que permanecer con los ojos abiertos para encontrar posibilidades para ser amable.
Practicar el agradecimiento
Al igual que con la amabilidad, la práctica del agradecimiento no solamente supone beneficios para la cohesión de tu grupo de apoyo social, si no que se traduce en efectos positivos sobre tu bienestar.
Tomar como costumbre el sentirse agradecido es incompatible con sentir envidia o pena. Dos emociones que pueden dinamitar tu felicidad en el trabajo.
Tomar esta actitud te pone en una perspectiva de abundancia. Nos hace ver nuestro vaso medo lleno. Tan medio lleno que damos gracias por él y queremos compartirlo (Ver apartado anterior).
Puedes cultivar esta actitud apuntando al final de tu jornada laboral tres cosas por las cuales te sientes agradecido o afortunado. Puedes proponerte prestar más atención a esos detalles al día siguiente o incluso agradecer personalmente a las personas implicadas.
Verás cómo tener la perspectiva de abundancia te previene de quemarte en el trabajo.
Descomposición de objetivos
Muchas veces cuando tenemos que sacar a delante un proyecto muy grande, nos vemos abrumados y nos marea la mera idea de empezar.
No pasa nada, descompongamos los grandes objetivos en metas más pequeñas. Si las submetas te siguen pareciendo demasiado grandes, coge la primera y descomponla a su vez en otras más pequeñas (Repetir proceso hasta que sea abordable).
Trasladado a la vida real. Cuando tengo un día de esos en los que tengo que ver un porrón de pacientes, pensar en empezar con el primero me agobia. Lo que suelo hacer es planificarme media hora de descanso a mitad de la mañana o a mitad de la tarde. Pongo mi atención en llegar al próximo descanso.
Esta estrategia la utilizan corredores de grandes distancias. La idea de hacerse 100 kilómetros corriendo del tirón no es digerible por nadie. Ahora, si centras tus esfuerzos en llegar al próximo avituallamiento, es mucho más sencillo soportar mentalmente la carga.
Gestión del tiempo
La gestión del tiempo es vital para la productividad. Muchas veces nos sentimos agobiados ante la cantidad de tareas que tenemos que hacer, pero, sin embargo, estamos mirando el correo o el móvil cada diez minutos.
Clasifica tus tareas en importantes / no importantes y urgentes / no urgentes. Está claro que las tareas importantes y urgentes son las primeras que tienes que ponerte a hacer. También es obvio que las no importantes y no urgentes las puedes dejar para mañana o directamente borrarlas de tu calendario.
La duda suele aparecer cuando tenemos que decidir qué hacer primero, las tareas urgentes y no importantes o las tareas importantes y no urgentes. Mi respuesta es tajante, las tareas importantes y no urgentes van primero, las no importantes y urgentes las puedes quemar.
Te pongo un ejemplo de mi trabajo para que lo entiendas
Tarea importante y urgente: Atener a una llamada por Skype de un paciente para hacer una sesión online (Es muy importante porque me dedico a ello y es el centro de mi trabajo. Es urgente porque me están llamando en este momento, si no contesto ahora o en los próximos diez segundos va a colgar)
Tarea importante y no urgente: Escribir un artículo para el blog (Es importante porque me siento realizado ayudando a otras personas y me ayuda adarme a conocer. No es urgente porque lo puede hacer ahora mismo o mañana o dentro de seis meses).
Tarea no importante y urgente: Atender a un mensaje en el teléfono. (No es importante porque el 99% de los mensajes no lo son. Si lo fuera me habrían llamado. Es urgente porque la otra persona seguramente está esperando que le conteste en este momento).
Tarea no importante y no urgente: Dedicar tiempo a criticar a otras personas o cotillear (A mí no me aporta absolutamente nada esta actividad por lo que no es importante. No es urgente porque puedo hacerlo ahora o dentro de 6 meses).
Los criterios de importancia son subjetivos y han de ir acorde a tus valores. Lo que para mí es importante puede no serlo para ti, al igual que lo que para unos puestos de trabajo es urgente, para mi puede no serlo.
Vacaciones de 10 minutos
Si, has odio bien. No es que los derechos laborales estén tan mal que hayan recortado nuestros días a libres a diez minutos, es que tomarte diez minutos de descanso para hacer lo que te salga de las narices tiene muchísimos beneficios a nivel psicológico.
Salir diez minutos a la calle te ayuda a estirar las piernas, a descansar la vista, a tomar el aire fresco y supone un punto y aparte en tu jornada.
La atención sostenida en una tarea solamente dura media hora aproximadamente. A partir de ahí se empiezan a cometer fallos importantes. Por ello no tiene ningún sentido que trabajes como un robot durante 8 horas seguidas.
Parar diez minutos cada hora de trabajo es lo óptimo. Claro que no en todos los puestos de trabajo es posible. Pero intenta hacerlo lo más frecuentemente que puedas. Yo por ejemplo intento tener 10 minutos entre paciente y paciente para poder despejar la mente. Cuando no puedo hacerlo, mi rendimiento se ve afectado.
Conclusiones
Dedicamos casi un tercio de la vida a trabajar. Por lo que es muy importante hacerlo en unas condiciones psicológicas adecuadas. De lo contrario nos iremos quemando poco a poco.
La práctica de ejercicio físico, mindfulness, cambiar pensamientos automáticos negativos o dedicar un rato a escribir sobre lo que te preocupa son hábitos que puedes trasladar para mejorar cualquier ámbito de tu vida. Ayudan a encontrarse fuerte mentalmente para afrontar un trabajo que quizás no es todo lo bueno que quisieses.
Tareas como practicar la gratitud o la amabilidad en el trabajo, fomentar el apoyo social, descomponer objetivos, gestionar el tiempo y tomarse un rato libre de vez en cuando son pequeñas estrategias que mejoran el ambiente y repercuten directamente en tu bienestar.
Gracias por el artículo, Jesús.
Es muy importante todo lo que comentas. Realmente en el trabajo pasamos gran parte de nuestra vida, así que la felicidad en el trabajo incide directamente en la felicidad de nuestra vida.
Sería ideal ser dichosos en todo lo que hiciéramos, ¿verdad? Bueno, pues yo creo que hay que ir a por ello.
Un abrazo y saludos a todos.
Que bonito sería que todo el mundo pudiera dedicarse a lo que realmente le hace feliz. Claro que se puede. Tu bien lo sabes.
Un abrazo Agustín
muy buen articulo, será de mucha ayuda a unos cuanto clientes que acuden a las clases de yoga para …. evitar el burn out… comparto con ellos tu mensaje en FB.
Gracias
Muchas gracias Silvia. Se agradece muchísimo tu apoyo.
Un abrazo
Cuando el corazón o la intuicion te dice que se acabó, se acabó. Forzar algo que ya no te apasiona es no vivir.
Lo malo es cuando hay una hipoteca detrás que te empuja a tener que permanecer en ese trabajo…
Wow, qué superartículo más completo, Jesús. Me lo dejo para leerlo con calma, que a muchos clientes que tengo les vendrá genial conocer esas técnicas. No todos podemos dejar un trabajo para emprender o cambiar de profesión, pero sí podemos poner de nuestra parte para hacerlo lo más llevadero posible. Un abrazo!
Totalmente de acuerdo María, hay veces que no nos queda más remedio que aguantar en el trabajo. Espero que te sirva de ayuda con tus clientes.
Un abrazo
Me ha parecido un artículo genial Jesús. Mucha información y muy interesante. La técnica de la «hora de las preocupaciones» la desconocía así que, a parte de haber aprendido una cosa nueva, me parece provechoso añadirlo en mis rutinas para mi desarrollo personal.
Gracias por compartir con nosotros tu sabiduría y experiencia.
Gracias a ti Elena. Espero que te sirva. Encantado de compartir con vosotros.
Un abrazo
Fantástico artículo Jesús! muy completo y repleto de grandes verdades.
Una invitación a tomar las riendas y encontrar el equilibrio para no ahogarnos en un vaso de agua, que es lo que pasa cuando ya nos quemamos.
Mejor prevenir y no llegar a eso, es algo que yo también tengo muy presente para mi, y lo procuro transmitir a mis clientes. ¡Tenemos todo para lograrlo!
Ahora personalmente me estoy trabajando la gestión del tiempo. ¡Fundamental! y me ha venido muy bien leerlo.
Mil gracias!!!
Montse
Que bien verte por el blog Montse. ME alegro de que te haya gustado, es un honor poder aportar algo de valor.
Un abrazo
Genial el artículo, muy completo y con información útil y sobre todo práctica, que es aún mejor.
Muchas felicidades y gracias por ayudarnos a soportar y sobre todo a aceptar mejor un trabajo que ya no es de nuestro agrado, algo que no es nada sencillo.
Un abrazo y me voy a conseguir mi técnica de relajación que nunca está de más 🙂
Muchas gracias Diana. Que ilusión verte por aquí. Espero que te haya gustado.
Un abrazo
Gracias Jesús por este gran resumen de la vida de muchas personas que están atrapadas y no ven salida a esa situación, y las soluciones que propones.
Me ha encantado, y no se me había ocurrido, «la hora de las preocupaciones». Esto se puede aplicar incluso a comidas de coco de esas que todos tenemos de vez en cuando. ¡Lo utilizaré!
Me alegro de que te haya gustado Montse.
Cuidadín con la Hora de las preocupaciones que no es apta para cardíacos. Jejejeje
Un abrazo
Que artículo más completo, felicidades!
Yo tuve burn out y problemas de ansiedad. No conocía lo de la hora de las preocupaciones o lo del cambio de pensamientos negativos, que bien saberlo. Para el burn out me recomendaron hacer ejercicios de respiración en coherencia cardiaca, eso me fue bien.
Muchas gracias por compartir todas estas técnicas y consejos que seguro que nos vienen bien en el futuro 🙂
Gracias A ti Laila. Me alegro de que te resulte interesante.
Un abrazo
Súper útil y súper práctico Jesús!! Este artículo esta ayudando a resolver un problema real y que tienen muchas personas. Me ha encantado lo de la hora de las preocupaciones, al final lo importante es hacer todo consciente, para ponerse en coherencia, y uno se agota rápido de oírse los lamentos. Genial. Gracias x el articulo!!
Totalmente de acuerdo. Perdemos la capacidad de sentir emociones ante la preocupación.
Gracias a ti Ana
Hola Jesús,
Me ha gustado mucho este artículo. Quien más quien menos seguro se siente identificadx.
Con este artículo es más fácil tomar conciencia de los síntomas negativos de estar ‘quemado’ en el trabajo. Y las soluciones que propones me gustan.
Un abrazo!
Tere, Me alegro muchísimo de que te haya gustado.
Un abrazo
Un artículo muy completo! Muchas gracias por aportarnos tanto!
Estoy totalmente de acuerdo con lo de hacer deporte, ayuda muchísimo, aunque he de decir que actualmente no lo practico. Las épocas en las que hacía deporte me sentía mucho mejor, así que habrá que volver a empezar.
El tener buenos compañeros en el trabajo ayuda muchísimo también. Comparando varios empleos que he tenido, una de las diferencias que he notado ha sido esa, la relación con los compañeros. Si la relación es buena todo va mejor, aunque el trabajo sea un asco.
Muy buena la información práctica que has puesto para no quemarnos tanto en el trabajo. Habrá que ir poniéndolo en práctica poco a poco. Muchas gracias!
ME alegro de que te haya gustado Ruth. La verdad es que hacer deporte es importantísimo. No solo a nivel físico,si no a nivel psicológico.
Yo personalmente cuando estoy en forma, me encuentro mucho más activo y espabilado y te saco adelante lo que me eches. Cuando tengo periodos más inactivos cuesta mucho más.
En cuanto a los compañeros, claro que ayuda mucho, pero lo que de verdad mola, es aun teniendo compañeros que son un petardo, saber sacarles el jugo y pasártelo bien con ellos.
Un abrazo!
puf….te estaba leyendo y me estaba recordando a cómo estaba yo hacia el año 2004….tenía un trabajo a sueldo que era la envidia de mis compañeros…..pero que no me hacía feliz….yo no tengo ni idea de sicología, pero institvamente, fui poniendo en práctica muchas de las recomendaciones que tú indicas y SALVÉ LA VIDA. Desde que lo dejé en el 2004 vivo la vida de forma más plena y consciente. Quién te hubiera leído hace años!!. Gracias por estar ahí.
Jajajaja, ¡¡Pues una pena no haber podido darte la información antes!! Suele ser un error muy común creer que un sueldo da la felicidad y…PARA NADA.
Un abrazo Maria Jesús
Hola Jesús !!!
Pedazo de artículo que te has currado… y como tu dices, importante para ti porque ayudas a los demás a tomar conciencia.
Muchas gracias
ME alegro mucho de que te guste Juan Carlos. ¡¡Un abrazo!!!
Genial artículo Jesús!
Yo he pasado por esto así que puedo entender cada fase de lo que comentas! Es curioso como el cuerpo y la mente se resienten cuando no «fluimos adecuadamente».
Me encanta lo de las vacaciones de 10 minutos! Lo practicaré más amenudo!
Un saludo!
Las vacaciones de 10 minutos tienen un efecto bestial sobre el día a día. Yo lo cumplo a rajatabla y la productividad sube que da gusto.
Es más, cuando estudiaba, dedicaba 10 minutos de vacaciones por cada hora de estudio y saqué la carrera mucho antes que los que se dedicaban a estudiar 4 horas seguidas.
¡Hola Jesús!
Muy interesante y completo este artículo. Y sobre todo con un montón de herramientas para comenzar a aplicar para que cada uno pueda volar sólo como comentabas en el post.
Al leerte he recordado una frase que me repito a diario, «lo importante no es lo que me sucede si no la actitud que adopto ante esos acontecimientos» 🙂 Y lo de la gratitud para mí también es algo fundamental…. bueno y lo de las «vacaciones», algo imprescindible, aquí cojeo bastante pero a partir de ahora me lo voy a tomar muy en serio 😉
¡Muchas gracias por compartir !
Abrazo!!
¡¡ME alegra de que te guste Begoña!!
Es un honor tener a profesionales del bienestar por aquí. La frase que comentas «Lo importante no es lo que me sucede si no la actitud que adopto» me parece una clave fundamental para ser feliz y superarse cada día.
Un fuerte abrazo
ME alegro mucho de que te haya gustado Diana. Un placer verte por mi blog.
Un abrazo
Gracias grandioso artículo precisamente hoy sali muy triste deprimida y molesta por lo de siempre un jefe odioso. … es cuando pienso debería de hacer algo de mi vida.. . Gracias por reanimarme recordarme qué debo continuar.
¡¡Hola Yanet!! Ojo, que no sea yo el que te diga que tienes que aguantar a un jefe odioso… Te doy algún consejo para ser más feliz, pero si tienes oportunidad y puedes volar libre… ¡Tienes todo mi apoyo!
Hola Javier,
Un post súper completo. Me he sentido muy identificado con todas las estrategias que llevaba a cabo para mantenerme motivado en el trabajo. Aunque al final me di cuenta de que tenía que dejarlo para vivir la vida que quería realmente.
un abrazo
Si puedes dejarlo y no te motiva… ¡¡¡DÉJALO!!!! 🙂
Hola! es la primera vez que me inmerso en tu web….y me ha encantado este artículo,,,,,además me viene genial…pues estoy tan desmotivada profesionalmente que hasta he dejado mi trabajo….pero estos consejos los pondré en marcha cuando encuentre el trabajo próximo,,,,.
Sólo una pregunta….¿Cuándo crees que el trabajo en el que estás debes cambiarlo por otro?…yo he cambiado montones de veces…y ya pienso que debo cambiar de sector…..no de empresas.
Muchas gracias!!!
¡¡Hola Susana!! Me alegro de que te guste el artículo. En referencia a la pregunta de cuando hay que cambiar de trabajo seré tajante. ¡¡Cuando tú quieras!! Básicamente cuando tu balance de costes-beneficios sea negativo… O si encuentras una oportunidad mejor… No puedo darte una respuesta a esta pregunta. Hay personas que valoran la estabilidad, otras valoran no aburrirse, otras la autorealización… Depende de ti.
Un abrazo susana
Gracias por el articulo, es muy interesante. Yo estoy totalmente burn out en el trabajo. El problema es que no puedo poner en práctica ni la amabilidad ni el agradecimiento ni fomentar el contacto social porque soy autónomo y trabajo sola; bueno, sola no, con mi ex marido, pero para el caso… Sí llevo tiempo intentando poner en práctica la gestión del tiempo y la descomposición de objetivos, pero en los picos de mucho trabajo no puedo evitar la ansiedad y el estrés. Y lo malo de ser autónomo es que no se puede desconectar, ni coger prácticamente vacaciones. Me veo a mí misma pensando que ojalá me pudiera jubilar ya, ¡y me faltan 18 años!
Puedes poner en práctica la amabilidad, el agradecimiento y fomentar el contacto social fuera del trabajo. Es cierto que ser autónomo supone muchos quebraderos de cabeza, pero también tiene muchas cosas buenas. Por ejemplo, no tener un jefe que te de latigazos todo el día. Muchas gracias por tu comentario Pilar
El articulo me ha parecido muy interesante pero en especial el del trabajo que odio, cuando comencé en este trabajo hace 5 años estaba muy agusto y habia muy buen ambiente de trabajo y compañerismo por desgracia empezaron a marcharse compañeros y a venir gente nueva que ha creado malos royos desapareciendo las ganas de ir a trabajar, ahora solo hay envidias, intentos de escaquearse de la faena, broncas de la jefa, chismorreos y cristicas de unos hacia otros.
Desgraciadamente es muy común esto que comentas.
Hola Diana, muchas gracias por tu comentario. Lo único que te puedo decir es que promociones al máximo las actividades agradables fuera del ámbito del trabajo. Que intentes modificar los pensamientos automáticos negativos que surjan durante tu jornada laboral y que empieces a buscar un plan b, ara ir implementando y conseguir liberarte. ¡Un abrazo!
Excelente Post, fácil de leer, ameno y sobre todo ajustado al pensador sencillo. Me encantó!!
ME alegro muchísimo de que te guste 🙂
Un abrazo
Gracias!
¡A ti!
Muchas gracias por tu artículo, me ha llegado un pelin tarde, he dejado mi trabajo por un jefe toxico, que faltaba al respeto con sus Ironias y no me he equivocado porque para mi el respeto es uno de mis valores fundamentales, a pesar de tener a mi marido enfadado, tenia un trabajo que me gustaba y unos compañeros muy buenos, ahora estoy trabajando en mis fallos,y me gustaría saber si tienes artículos para aprender a que no te afecte lo que te digan y para aprender a tomar tus propias decisiones sin miedo a equivocarte, otra cosa que apuntas en tu artículo es que donde está e limite en ser buena con tus compañeros y que no abusen de ti. Gracias de antemano
Hola Arantxa,
Muchas gracias por tus comentarios.
Una de las claves para evitar dejarse llevar por lo que digan los demás es aprender a regular las emociones que estos comentarios nos producen. Tienes un montón de artículos en el blog sobre el tema 😉
En referencia a lo que me comentas del límite, siempre lo pones tú. Tú decides hasta dónde quieres llegar.
Muchas gracias por tu comentario
Repito mi comentario
Excelente artículo! Lástima que no lo hubiera leído antes pues he renunciado a mi trabajo,se que no hay trabajo perfecto, tenia 2 de las 3 patas, unos compañeros estupendos, un trabajo que me gustaba mucho a pesar del stress, pero un jefe tóxico que encontraba tus fallos, te hablaba con ironía y todo lo que hacías estaba mal si le consultaba para que le consultaba, sim lo hacías por tu cuenta porque no se lo habías consultado, al final cuando me despedí me dijo que sentía que me molestara pero que lo hacía por mi bien, es cierto que he aprendido mucho pero noto que tengo varios fallos, 1) como aprender a que no me afecte lo que me dicen porque siempr habrá gente tóxica en otros trabajos?2) como tomar mis propias decisiones si miedo a equivocarme? 3) siguiendo tu hilo sobre ser buena persona, como establecer el límite entre ser buena persona y que te tomen por tonta? Gracias de antemano
Un abrazo
Hola otra vez Arantxa 🙂
En referencia a lo que queda por contestar, que es tomar decisiones sin miedo a equivocarte. La clave es tomarlas a pesar del miedo. Es la única forma de ganar confianza.
Al final lo que modifica nuestras creencias es la experiencia. Por ello, nos toca tirarnos a la pisicina (aunque lo hayamos sopesado antes)
me gustan mucho estos consejos que sirven de ayuda pero en realidad estos momentos, estoy atravesando, mucha ansiedad laboral y deprecion, en realidad no me gusta mi trabajo, hay cosas que hacen alli que no entiendo y ademas si trabajaran 8 horas fuera chevere para m i,trabajo diario es entre 16 y 18 horas de trabajo por lo que me genera mucha ansiedad y extress.
Totalmente normal que estés estresado… 18 horas es muchísimo tiempo para cualquier cosa… Y más para trabajar…
Hola me alegro mucho de que hagas este tipo de post, me refuerza bastante para poder seguir al menos un poquito mas, (no me quiero rendir) aunque en mi experiencia siempre que he forzado no ha sido para bien pero sé que no debo rendirme tan fácilmente. La cuestión es que si te pones a buscar otro trabajo y lo encuentras es muy probable que no te den tiempo para avisar con la antelación de los 15 dias, me sabe mal dejarlos colgados
¡¡Mucho ánimo Marcos!!
bueno la verdad sino somos felices en nuestro trabajo es mejor cambiarlo, porque lo que no se hace con amor sale mal.
Totalmente de acuerdo!!
Dudo mucho que ser amable cuando algo te molesta de tu trabajo sea la solución, si te molestas es por algo y no debe ser buena idea pasar de ello. En todo caso se debería cambiar a toda costa y si fuera imposible, cambiar de trabajo o de empresa, ya que muchas veces un jefe incoherente es lo que puede provocar dicho tipo de estrés, ser amable con el no solucionará nada.