Cómo ser feliz

por | 30 Nov, 2015 | bienestar

¿Cómo ser feliz? Esta es la pregunta que lleva haciéndose la humanidad desde el principio de los tiempos. La búsqueda constante de la felicidad ha sido objeto de estudio de pensadores de todos los tiempos hasta hoy.
Lo primero que quiero que pensemos para contestar a esta pregunta es qué es ser feliz. Desde nuestro punto de vista la felicidad absoluta es imposible y absurda. Solamente es una estrategia de la publicidad para que compremos.
Por dos cuestiones, la primera que la emoción de alegría o felicidad, al igual que todas las demás, cumple una función concreta y se dispara ante ciertos estímulos. No sería lógico que nos sintiésemos felices ante la pérdida de un ser querido. De esta manera no procesaríamos ese tipo de situaciones y recaeríamos una y otra vez en los mismos errores.


Por otro lado, a nivel evolutivo, estar felices durante todo el tiempo, sería un gasto innecesario de energía. Sería algo nocivo para nuestra supervivencia, por lo que tampoco es una buena idea pretender estar contentos en todo momento.
Desde En Equilibrio Mental, quiero que entendamos la felicidad como el alcanzar un equilibrio emocional en el cual los niveles de bienestar son altos. No significa que no deseemos tener emociones de tristeza o ansiedad, sino que desde el modelo del cual trabajamos, entendemos que las emociones desagradables o “negativas” son necesarias, pero necesitamos contar con las herramientas necesarias para regularlas con eficacia desde hoy.
Todos en algún momento hemos pensado “Quiero ser feliz” o “Quiero sentirme mejor”, y es un muy buen comienzo para empezar la senda que nos llevará a alcanzar el equilibrio emocional desde hoy.
Las personas con altos niveles de bienestar o felicidad cuentan con mejor salud tanto física como mental. Es uno de los numerosos beneficios que nos aporta alcanzar dicho estado.
Seguramente te estés preguntando cuales son las claves de la felicidad, tengo que decirte que caminos para alcanzar la felicidad hay tantos como personas en el planeta. Pero sí que es cierto que hay determinadas actividades, hábitos y técnicas que nos pueden ayudar mucho si las empiezas a poner en práctica desde hoy mismo.
A todos nos pone contentos un sinfín de situaciones en nuestra vida. Por ejemplo, podemos estar alegres porque hemos conseguido bajar de peso, por haber conseguido un ascenso importante en nuestro trabajo o simplemente por haber decidido algo. Pero este tipo de cosas son circunstanciales, la clave para ser feliz está en otro lado. Por eso he decidido brindarte las claves.

¿Qué es la felicidad?

Dar respuesta a esta pregunta ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para escritores, filósofos e intelectuales de todas las épocas de la humanidad. Se han escrito cientos de libros sobre el tema, y aún, todavía tenemos dudas cuando nos hacen esta pregunta.
La Real Academia de la Lengua Española define la felicidad como 1. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. 2. Satisfacción, gusto, contento. Pero para mi gusto, se queda corta.
En psicología, se han hecho otras descripciones distintas de la felicidad. Para Freud, por ejemplo, la felicidad es la búsqueda de sensaciones intensas y placenteras. Aunque cómo decía Viktor Frankl: “Lo que necesitamos no es vivir sin tensiones, sino la fortaleza para alcanzar las metas situadas al otro lado de ellas. Lo que necesitamos no es librarnos de las dificultades a toda costa, sino encontrar un significado propio a la vida que nos merezca la pena”.
Para Tal Ben Shahar, un catedrático de Harvard experto en el tema, la felicidad es una mezcla entre placer y significado. Es decir, no basta que algo sea placentero para que nos haga felices, ni tampoco algo significativo, necesitamos de ambas para encontrar el camino a la felicidad.

Tienes trabajo, tienes familia, tienes pareja, tienes amigos, y no eres feliz.

Te levantas una mañana. Haces un repaso de tu vida. Tienes una pareja maravillosa, vives en un sitio bonito donde tus maravillosos hijos pueden crecer, tienes un trabajo con buen horario que te permite llegar a fin de mes y disfrutar de tu familia. Todo es perfecto… ¿O no?Empiezas a mirar hacia tu interior y descubres que no eres todo lo feliz como se supone que deberías ser. ¿Puede ser posible? Si has cumplido un sueño. O por lo menos el que la publicidad quería que cumplieses.
En tu vida has hecho siempre lo que se supone que deberías haber hecho. Tus amigos y conocidos no paran de repetirte lo afortunado que eres, eres la envidia de las los padres y madres del cole. ¿Por qué no me siento todo lo bien que me tendría que sentir?

Tienes trabajo y no eres feliz

Quiero creer, que generalmente, casi todos en algún momento de nuestra vida nos vemos en la necesidad de trabajar. Algunos consiguen la proeza de dedicarse a lo que estudiaron. Otros han optado por conformarse con otros puestos. Pero la verdad es que la mayoría de las personas no son felices en su trabajo.
Cuando uno empieza en un sitio nuevo rebosa ganas de comerse el mundo y quiere demostrar a todos que es eficiente, trabajador y ama lo que hace. Pero la cruda realidad es que nos vamos quemando día a día con lo que hacemos. La rutina, la acumulación de tareas, los jefes o los sueldos.

Acumulación de tareas

Muchas veces, cuando llevamos años en un mismo puesto de trabajo, nos damos cuenta que tenemos un montón de tareas que cuando entramos no nos correspondían y que poco a poco hemos ido asumiendo.
Este fenómeno empieza de forma paulatina, un buen día tu jefe o tu compañero te pide un favor y tú, como quieres demostrar que lo vas a dar todo, se lo haces. Poco a poco se convierte en una rutina hasta que al final descubres que todo el mundo cree (Incluso tu) que es tu obligación. Y no solo eso… Si no que dejar de cumplir… te quita el sueño.
Aquí existen dos caminos, o decir de forma educada a tu jefe/compañero que no es tu cometido o irte quemando poco a poco hasta que un día o explotas o te da un ataque de ansiedad.
Pueden ser pequeñas cosas que no lleven más que un par de minutos, pero con la quemazón emocional que nos van produciendo, cada día nos cuesta trabajo sacarlas adelante, hasta que una mañana cualquiera te levantas odiando el trabajo en el que empezaste con tanta ilusión.

Indefensión aprendida

La indefensión aprendida es un efecto psicológico que se produce cuando no percibes que tienes el control sobre las consecuencias de tus actos. Aplicado al tema laboral, se produciría cuando da igual el empeño que le pongas a una tarea que al final tu jefe o tus compañeros no solo no te lo agradecen si no que ponen pegas o te presionan
Poco a poco se van gastando las fuerzas y vamos bajando los brazos hasta volvernos unos pasotas que hacen lo mínimo. Total… Si va a dar igual que me esfuerce o no… Mi jefe me va a decir que está mal. Esta reducción de nuestra productividad viene acompañada de tristeza, desánimo, desmotivación, ira, ansiedad y estrés.
Nota: Si algún jefe/compañero está leyendo el artículo, que por favor de vez en cuando (No pedimos mucho) agradezca el esfuerzo ajeno.

¿Cómo venzo la indefensión apredida?

Hay personas que parece que están inmunizadas ante este fenómeno. Se ha estudiado ampliamente el estilo atribucional, pero básicamente estas personas lo que hacen es desarrollar un criterio de evaluación interno para su trabajo. Es decir, su concepto de trabajo bien hecho no depende de su jefe o compañeros, depende de cómo lo perciban ellos. Total… No hay mayor experto en tu puesto de trabajo que tú mismo.
Ojo, tampoco vale desarrollar un criterio interno de trabajo ficticio y creer que somos la pera limonera y que todos nuestros errores son culpa de los demás. Eso tampoco es… Hay que intentar ser objetivo y asumir nuestras victorias y nuestros errores.

Dedicarte a lo que te gusta

Oirás en montones de sitios que emprendas, que te dediques a lo que te gusta, que formes una empresa a tu medida. Ya… Pero no es tan fácil. Lo que si puedes hacer es invertir tiempo en actividades que realmente te hagan feliz (Sean dentro o fuera del trabajo). Por ejemplo, a mi cuando me toca hacer alguna tarea administrativa (Si, a los psicólogos también nos toca) me pongo música cañera. Así consigo varias cosas. Me activo, evito el aburrimiento, tengo el control sobre lo que hago (Elijo la canción que va a acompañar al siguiente informe) y sobretodo evito que nadie me moleste (Si, la musca es muy cañera jejejeje)
También recomiendo parar cada 50 minutos como máximo y descansar 10. La atención sostenida dura poco más de media hora en los seres humanos. Puedes tomarte ese tiempo como unas pequeñas vacaciones. Muchas veces es lo único que necesitamos.
Por supuesto, si tu trabajo choca con tus valores se producirá una disonancia cognitiva que solo podrás resolver de dos formas o te vas el trabajo o cambias tus valores.

Tienes familia y no eres feliz

La familia es maravillosa casi todo el tiempo, pero con los años se van conformando ciertos roles dentro de ellas. Cada rol suele llevar asignado ciertas tareas que los otros miembros de la familia dan por supuestas (ya seamos mujer u hombre). Se forman micro sistemas en los que se establecen relaciones muy concretas entre los componentes. Ojo, si un alguien lleva a cabo un cambio, el sistema tiene que ajustarse para volver a funcionar. Por eso muchas veces, ante las resistencias del sistema, nos vemos atados de pies y manos y no nos arriesgamos a cambiar. O lo que es lo mismo, hemos decidido no mover ficha.

Acumulación de obligaciones

Generalmente en nuestro rol familiar empezamos a adquirir obligaciones hasta que nuestro día a día no da para más (sobretodo en el caso de la mujer).
Por ejemplo, una persona puede encontrarse con que después de venir de trabajar a las 6 de la tarde, tiene que ayudar a sus hijos con los deberes, llevarlos a las actividades extraescolares, ir a la compra, hacer la cena, poner dos lavadoras y planchar.
Ya anticipo que no hay manera humana de ser feliz si tienes tu día repleto de obligaciones impuestas que no te satisfacen.

¿Qué podemos hacer?

Pues primero aprender a gestionar el tiempo. Priorizar siempre lo importante antes que lo urgente. Por ejemplo, urgente es coger el teléfono (Es decir, o lo hago ahora o deja de sonar) pero es importante jugar con mis hijos (Si, lo puedo aplazar a mañana, pero es vital para su desarrollo).
Si inviertes tu tiempo en cosas importantes y dejas de lado las urgentes verás que le ganas un montón de horas a la vida.
Los estudios dicen que pasamos delante de la tele una media de 227 minutos al día, es una barbaridad, son tres horas y pico. Si invirtiésemos solamente media hora en ejercicio físico y diez minutos en meditación arruinábamos a las farmacéuticas en este país. Miramos el móvil 150 veces al día, si… tantas veces… No me vengas con excusas de que no tienes tiempo…

Tienes amigos y no eres feliz

Con los amigos ocurre algo parecido a con la familia. También se establecen determinados roles y se espera que ciertas personas actúen de un modo u otro. En todos los grupos de amigos hay ciertas personas que se suelen encargar de reservar sitio para cenar, comprar regalos, planificar viajes…

Te cargas de responsabilidades

Puede pasarte lo mismo que nos pasa en el trabajo, que durante años te hayas cargado de responsabilidades poco a poco y sin apenas haberte dado cuenta. Esta situación tiene tres finales posibles, o que lo digas de forma asertiva y busques un cambio, que te calles y lo sigas haciendo hasta que revientes de cabreo o que poco a poco dejéis de hacer esas actividades porque estás hasta el moño de ponerte tú a sacarlas adelante.

Decir que no

Puede ser que tengas dificultades para decir que no. Que creas que te van a rechazar o que te van a querer menos por decir lo que piensas. Esto no es así, si lo haces de forma asertiva nadie se va a sentir afectado (O no deberían sentirse afectados)
Es cierto que, si siempre has accedido a llevar a cabo este tipo de tareas, es probable que tus amigos insistan. Pero hay dos respuestas incontestables. El “No quiero” y el “no me apetece”, siempre dichas de una forma educada y sin brusquedades ehh.
Te digo esto porque generalmente para evitar el conflicto ponemos excusas que son mentira. Lo que hacemos con esto es perpetuar nuestro rol y conseguir que la próxima vez que ocurra esto nos vuelvan a pedir que lo hagamos nosotros.
¡¡¡Asertividad al poder!!!

Tienes pareja y no eres feliz

Con nuestra pareja ocurren situaciones similares. Durante los primeros meses o años se van asentando una serie de conductas que ayudan a eliminar la incertidumbre. Por ejemplo, puede que se instaure el hábito de salir los viernes a cenar juntos, o que cada mañana uno de los dos escriba al otro un mensaje. Cualquier cosa.
Esta serie de hábitos ayudan mucho al desarrollo de la pareja y son muy beneficiosos para asentar las bases y fomentar la identidad de ambos individuos. Pero como en todos los aspectos de la vida, hay hábitos que ayudan y hábitos que nos perjudican.

Obligación de tomar decisiones

Puede que, si uno de los dos es indeciso, el otro haya tomado las riendas de la toma de decisiones en la pareja. A lo mejor no la totalidad, pero si la mayor parte de ellas. Esto supone estrés para las dos partes, ya que una siente todo el peso del rumbo de la relación y el otro puede ir perdiendo su identidad poco a poco.
La única forma de alcanzar el punto medio es la negociación mediante la asertividad. Establecer “las líneas rojas” de cada uno. Es decir, encontrar un espacio común para que los dos miembros de la pareja puedan desarrollarse plenamente.
Es fundamental que se fomente un clima en el que la suma de las partes sea mejor que los dos por separado. Desarrollar apoyo incondicional por el otro pero sin caer en la dependencia emocional.
Es un equilibrio imposible de conseguir sin el trabajo diario de ambos. No dejes morir tus relaciones, haz todos los días algo por mejorar tu relación y verás cómo en pocas semanas estás mucho más satisfech@.
Tanto en el trabajo, como en la familia, en tu grupo de amigos o en pareja, es fundamental tener momentos que fomenten el bienestar.
Parece una afirmación obvia, pero es que muchas veces permanecemos en trabajos/relaciones que llevan tiempo sin compensarnos emocionalmente solamente por costumbre.
Es vital para el desarrollo personal en cualquiera de estas áreas el buen uso de la asertividad. Ser capaz de comunicarte de forma efectiva con el otro es a mi juicio un pilar fundamental del bienestar.

¿Qué hacer para ser feliz?

La ciencia ha puesto el foco en el bienestar en los últimos años. Con el desarrollo de la psicología positiva ha habido un incremento importantísimo de los estudios relacionados con el bienestar. Por ello, en el momento actual, una persona en el mundo occidental cuenta con muchas claves para ser feliz.
Uno de los modelos que se manejan actualmente, señala que el 50% de nuestro bienestar viene dado por nuestra carga genética. El 40% por nuestros hábitos diarios y el 10% por las circunstancias.
Seguramente estos porcentajes te parecerán curiosos, y es que normalmente achacamos nuestro bienestar precisamente a las circunstancias. Cuando en realidad, el poder para alcanzar el bienestar reside en nosotros.
En líneas generales, siempre recomendamos tres pilares básicos para incrementar nuestro estado de ánimo.
Por un lado, el programar actividades de ocio o que nos gusten. Es especialmente efectivo en este apartado el ejercicio físico, ya que ha demostrado en multitud de estudios efectos positivos sobre las emociones. La actividad física 3 o 4 veces por semana nos ayudará muchísimo a la hora alcanzar la felicidad.
En segundo lugar, las relaciones sociales. El contar con un grupo de apoyo social de calidad va a ser una fuente inagotable de emociones agradables y relacionadas con el bienestar.
En tercer lugar, la práctica del mindfulness. Esta técnica ha demostrado ser eficaz para evitar recaídas en trastornos depresivos. Pero también es muy útil para mejorar la capacidad de regulación emocional, que para nosotros es uno de los pilares básicos del bienestar.
Después, cuando nuestro estado de ánimo sea el adecuado, podemos aprender a regular emociones con eficacia. Este proceso de crecimiento personal, una vez empezado, nunca llega a acabar. Nos acompaña durante toda nuestra vida, y si nos esforzamos por ello, cada vez conseguiremos hacerlo mejor. Al final, la práctica hace al maestro.
Regular emociones con eficacia implica varias habilidades, como pueden ser la capacidad para atender a nuestras emociones, cambiar nuestros pensamientos negativos, entender qué conductas nos acercan al bienestar y qué conductas nos meten en espirales emocionales, enfrentar situaciones que nos dan miedo y un largo etcétera. Si invertimos tiempo y esfuerzo en mejorar este proceso, tus niveles de bienestar y felicidad aumentarán.

12 actividades científicamente probadas para ser más feliz

Según el modelo de bienestar que propone, un 50% de nuestro bienestar total viene impuesto por la genética, un 10% por nuestras circunstancias y un 40% por la actividad diaria que realizamos. Nuestra genética es inmodificable y nuestras circunstancias vitales son difíciles de cambiar a corto plazo pero tenemos gran influencia en nuestra actividad diaria. Lyubomirsky propone 12 actividades que nos pueden ayudar a mejorar nuestro bienestar:

Expresar gratitud:

Aprender a dar las gracias por lo que tenemos a nuestros iguales. Hacer un esfuerzo por agradecer a los demás o a nosotros mismos las cosas positivas que disfrutamos

Cultivar el optimismo:

Aprender a imaginar un futuro mejor. Aprender a ver la vida con las gafas de la positividad.

Evitar pensar demasiado y evitar la comparación social:

Dejar de perder tiempo con preocupaciones y comparaciones injustas. Dejar de gastar energía en estos menesteres.

Practicar la amabilidad:

Empezar a hacer cosas buenas por los demás sin esperar nada a cambio. Notarás como el medio social te devuelve aquello que das. Mostrar amabilidad ha demostrado ser tremendamente eficaz para mejorar nuestro bienestar.

Cuidar las relaciones:

Las relaciones sociales son como un jardín. Para que florezcan debemos dedicarle tiempo y cariño. Pongámonos a ello.

Desarrollar estrategias para afrontar:

La mejor manera de solucionar los problemas es afrontándolos. Cuando damos la espalda a las dificultades estas rara vez nos dejan en paz, así que lo mejor es plantarles cara y superarlas.

Aprender a perdonar:

Para desprendernos de la ira o la culpabilidad escribiremos una carta de perdón dirigida a los demás o a nosotros mismos.

Hacer más actividades que realmente te atraigan:

Muchas veces por pereza o por falta de tiempo nos vemos apocados a una rutina ausente de actividad reforzante. Rompamos con eso.

Saborear las alegrías de la vida:

Aprender a apagar el piloto automático y disfrutar cada minuto de nuestro día a día.

Comprometerte con tus objetivos:

Dedicar tiempo al día o a la semana a tus objetivos a largo plazo.

Practicar la religión o la espiritualidad:

dedicar tiempo a leer o a meditar sobre esta temática ha demostrado ser muy eficaz para incrementar el bienestar.

Ocuparte de tu cuerpo:

Hacer ejercicio físico frecuentemente.
Puede que algunas de estas actividades te parezcan absurdas o cursis, pero otras a lo mejor te parecen atractivas. No es necesario hacer las 12, con elegir las que mejor se adapten a ti es suficiente.
Dediquémonos un rato al día a mejorar nuestro bienestar. Recuerda que la felicidad no es una meta, es un camino, una actitud, que requiere trabajo diario.

Cómo ser feliz solo

La realidad es que el ser humano es un animal social, por lo que la soledad siempre trae consigo emociones de tristeza. No obstante, el midfuness ha demostrado mejorar el estado de ánimo y la capacidad de regulación emocional en personas mayores que se encuentran solas.
No obstante, se puede ser feliz solo, si nos referimos a personas solteras. Una pareja no es necesaria para alcanzar un estado de bienestar importante.
Cómo hemos visto, el 40% de nuestro bienestar, viene dado por las cosas que hacemos para ser felices cada día.
Pequeñas actividades como dar un paseo, escuchar música o practicar la amabilidad nos pueden hacer mucho más llevadera la soledad.

Cómo ser feliz en el trabajo

Pasamos casi un tercio de nuestro día a día en nuestro puesto de trabajo. Por lo que es importante aprender a incrementar nuestro bienestar en este ámbito.
Muchas personas están insatisfechas con su puesto laboral, pero esta razón no es suficientemente fuerte como para impedirnos ser felices en el trabajo.  Si recuerdas lo que te comentaba más arriba, las circunstancias externas solamente representan un 10% del bienestar.
Las personas que consiguen estar contentas en su puesto de trabajo, son mucho más productivas que las personas que no lo están. Por ello, cada vez más empresas invierten dinero en educar emocionalmente a sus trabajadores.
Puedes empezar con pequeñas cosas como mostrar más amabilidad o intentar mostrar más cortesía en el medio laboral. De esta manera seguro que tus emociones comienzan a cambiar.

Cómo ser feliz con tu pareja

Para muchas personas en este mundo, estar en pareja no es sinónimo de felicidad. Generalmente esto se debe a que las personas eligen a parejas que les complementen. Se trata de un paradigma en el que uno más uno es igual a uno. Nosotros creemos que la clave del bienestar en este ámbito es que la pareja sea mejor que la suma de las partes.
Para ello, es necesario aprender a gestionar nuestras emociones y las emociones del otro. Lo que en ocasiones no es nada fácil en el mundo de las relaciones. Las parejas han decidido compartir el momento actual de su vida por una razón, y es precisamente porque son más felices estando juntos que estando solos.
No debemos perder esta perspectiva si queremos que nuestras relaciones sean satisfactorias. Podemos empezar por mostrar más amabilidad o mostrar más empatía, seguro que de esta manera, mejoramos nuestra relación.

¿Qué cosas nos impiden ser felices?

Hay determinadas variables que nos impiden y bloquean las emociones agradables. Es de vital importancia, que evitemos ciertas conductas o hábitos para poder llevar una vida plena.
Lo más importante a la hora de encontrar el equilibrio mental y emocional es tener una rutina adaptativa de vida. Muchas veces creemos que las circunstancias son la variable más importante a la hora de sentirnos bien, pero nada más lejos de la realidad. Hay miles de personas que a pesar de tenerlo todo, no son felices.
El principal problema es que tienen instaurados e interiorizados ciertos hábitos que generan, a largo plazo, mucho malestar. Aunque a corto plazo nos hagan sentir mejor, son estrategias de regulación emocional que no funcionan a largo plazo.

El dinero no da la felicidad

Estamos acostumbrados a escuchar habitualmente que no se puede ser feliz sin billetes en la cartera. La cruda realidad es que efectivamente el dinero ayuda a realizar ciertas actividades que fomentan el bienestar.
Pero a partir de determinados ingresos, el nivel de bienestar se mantiene estable y no sube a pesar de que nuestra cuenta aumente.
La clave no es el dinero, sino los hábitos que tengamos implementados en nuestro día a día. Un montón de ceros en nuestra cuenta o un montón de papel en nuestra cartera, en sí no suponen ninguna diferencia.
La felicidad y el bienestar llevan mucho más tiempo con nosotros que el dinero. Por lo que si antes de que existiese la economía, nuestros ancestros podían ser felices, por qué nosotros no vamos a poder ahora.
En el siguiente artículo te explico a fondo las claves psicológicas de por qué el dinero no da la felicidad.

Trata de ser feliz con lo que tienes

Según mi experiencia, la auténtica felicidad no se encuentra ni en las circunstancias ni en los grandes logros. Este tipo de estímulos desencadenan una emoción de alegría que con el tiempo se va diluyendo.
La realidad es que aceptar lo que la vida nos da es la manera más rápida para encontrar el bienestar. Las expectativas y la comparación suelen ser fuentes de intenso malestar.
Hay personas que a pesar de tenerlo todo, se encuentran en una auténtica espiral de insatisfacción porque aún no han alcanzado el siguiente paso. Viven ansiando el futuro, y esto no les permite disfrutar del camino.
Los estudios señalan que la variable más importante en las personas que son felices es el apoyo social. Más bien, la calidad del apoyo social percibido. No hace falta tener tres mil amigos, con tener uno bueno, puede ser más que suficiente.
Pero nos empeñamos en ansiar más. El problema es que los bienes materiales, tienen una capacidad limitada para generarnos emociones positivas. En seguida nos acostumbramos a ellos. Pero esta sensación engancha, y corremos a la tienda a comprar cosas nuevas para poder volver a sentirnos contentos.
Se trata de una espiral en la que todos nos hemos visto sumidos en algún momento. Pero el bienestar está en otro lugar.
Aunque, no podemos obviar que necesitamos tener las necesidades básicas cubiertas para poder tener cierto nivel de bienestar. Es decir, necesitamos tener un techo bajo el que dormir, acceso a comida y bebida, sanidad, educación etc.
Pero en líneas generales, la felicidad no está en las circunstancias, sino en lo que hagamos cada día para obtenerla.

¿Cómo ser feliz en la vida? Basado en hechos reales

Últimamente recibo muchos e-mails preguntándome cosas sobre el bienestar o contándome las dificultades que cada uno tiene para ser feliz. Hay una pregunta que se repite muy a menudo y parece que es difícil de creer. Todo el mundo me pregunta si yo soy feliz. Pues he decido contaros con detalle todas las cosas que hago a la semana para mantener un nivel de felicidad alto.
Me abro en carne viva para vosotros. De verdad que el 100% de lo que cuento es verdad, sin maquillar.

Ejercicio físico

Si, hago ejercicio físico muy a menudo. Entre 4 y 6 veces por semana. Siempre me ha gustado el deporte, pero reconozco que durante etapas de mi vida lo he dejado de lado. He tenido épocas en las que no corría ni para coger el autobús.
De pequeño empecé a jugar al futbol. Como era un niño con sobrepeso, me tocaba siempre de defensa. (En el recreo no hay nada peor para tu estatus que ser defensa). Pero como les sacaba una cabeza y medio cuerpo a todos los demás pues pasé de mediocre a malo. Jugué dos o tres temporadas en un equipo federado hasta el fatídico día que el chico al que yo tenía que defender marcó 5 goles.
Aquel episodio me marcó y decidí que el futbol no era lo mío. Como era alto y saltaba mucho, decidí probar con el baloncesto. Ahí la verdad es que destaqué más. Al ser un deporte menos popular en España, el nivel era mucho más bajo. Yo en plena pubertad, tenía unas condiciones físicas geniales para el juego, así que me empezó a motivar el tema y comencé a practicar cada vez más a menudo.
A los pocos meses me pasaba dos o tres horas diarias solo tirando tiros a una canasta. Empecé a ser bueno de verdad.
Mi colofón llegó a los 15 o 16 años cuando con 1,78 metros, empecé a llegar a hacer mates en las canastas. Por aquel entonces jugábamos en una liga municipal y la verdad es que los equipos contrarios se quedaban a cuadros.
Después de aquello empecé con la adolescentitis y lo fui dejando hasta abandonarlo al llegar a la universidad.
Durante los años que estuve estudiando hice algún tímido intento de ir al gimnasio. Pero sin saber nada del tema y sin nadie que me dirigiera, me aburría al ver que no progresaba.
Me habré apuntado al gimnasio 5 o 6 veces de los 20 a los 26 años. Como la mayoría, yo también he dejado de ir. Uno empieza motivado pero a las pocas semanas se da cuenta de que es un auténtico coñazo. La revelación la tuve en una clase de spinning estando en mallas (Precioso atuendo para tener revelaciones), me costaba más esfuerzo escuchar la música que ponían que pedalear como un loco. Decidí que no era para mí eso de los gimnasios con reggaeton.
Decidí empezar a leer sobre temas de fitness y empecé a formarme. Descubrí que hay disciplinas físicas que utilizan tu propio peso corporal para ejercitarte. Me pareció mucho más natural y me atrevía a probar.
Actualmente llevo un año practicando esta disciplina, lo puedo hacer en cualquier sitio, desde el salón de mi casa al parque de abajo. No necesito nada más que una botella de agua y una toalla, no tengo que desplazarme si no tengo tiempo. Si estoy de vacaciones o fuera de mi ciudad por alguna cuestión de trabajo puedo seguir ejercitándome sin problemas. He conseguido que el ejercicio físico se adapte a mi rutina y no al revés.

Alimentación sana

Confieso que nunca en mi vida había prestado atención a la alimentación. Comía lo que me daba la gana y no me privaba de nada. Si me tocaba meterme entre pecho y espalda una tableta de chocolate, pues sin problema. Pero he aprendido a tener respeto por mi mismo y mi cuerpo.
Con los años, me he ido dando cuenta de cando afecta a mi energía lo que como. Sobretodo desde que tengo una rutina de ejercicio exigente.
Los días que por circunstancias toca comida basura, mi ánimo cae por los suelos. Necesito echarme la siesta para hacer la digestión. Sin embargo, el día que como ligero tengo un chute de energía que no hay quien me pare.
Nada de dietas milagro ni chamanerías. Es muy fácil. Comer alimentos que tu abuela hubiese comido hace 40 años. Es así de fácil. Evitar comida basura, bollería industrial y empezar a comer más fruta y verdura. Con eso basta.
Es difícil de mantener si comes fuera, pero te aseguro que la mayoría de las veces lo consigo. A las muy malas siempre encuentro la manera de comprarme un par de piezas de fruta para saciarme antes de llegar a casa. Cuando notas los beneficios de hacerlo no quieres otra cosa. Para más información consulta a un especialista.

Contacto social

Otro de los pilares básicos del bienestar. Si me has leído sabrás que no me canso de recomendar que inviertas tiempo en cultivar las relaciones sociales. Yo lo hago a diario. Intento intercambiar palabras con cualquier persona que aparezca en mi día a día, siempre con respeto.
Todos los días hablo con mi familia, aunque viva a 500 kilómetros de ellos, son una fuente de apoyo e inspiración para mi.
Además, dedico por lo menos 4 o 5 días a la semana a hacer cosas con mis amigos. Desde salir a tomar el aperitivo a hacer deporte. También dedico tiempo a la gente que tengo más lejos, los llamo, los escribo emails o hablamos por wassap. Es maravilloso dedicar tiempo a esto.
Hablamos de nuestras inquietudes, nuestros planes, nuestros sueños, de cómo nos sentimos o de cualquier tontería que se nos ocurra. Intento apoyarlos de forma incondicional y no me tiembla el pulso si les tengo que decir que algo no me parece bien. Por supuesto espero lo mismo de ellos.
Me parece una de las mejores formas de invertir mi tiempo, y aunque esté muy ocupado, no me importa quitarme un par de horas de sueño para dedicárselas a ellos.

Aficiones

Conforme pasan los años vamos dejando de lado nuestras aficiones. Cada vez tenemos menos tiempo y nos quejamos de que no podemos seguir dedicándonos tanto como nos gustaría.
Pues si, es normal que con la vida frenética que llevamos dejemos de lado este aspecto, pero si lo hacemos caemos en el riesgo de encontrarnos más tristes o estresados. No es muy difícil sacar un par de horas a la semana para dedicárselas a lo que te gusta.
Si no lo haces después no te quejes.
Yo por ejemplo dedico mucho tiempo a la música. Antes tenía un grupo de música y aunque lo he tenido que aparcar por que vivo a 500 km y no puedo ensayar, sigo escribiendo letras y sigo aportando ideas musicales grabando desde casa. Me he prometido a mi mismo recuperar esto a medio plazo.
También es fácil verme yendo a algún concierto o algún festival. Para hacerlo toca hacer sacrificios. Muchas veces nadie quiere acompañarme, pero me da lo mismo, yo voy. Otras veces me toca pegarme 7 horas de coche para ir a algún concierto que me gusta. Pues sarna con gusto no pica.
Intento viajar dos veces al año. Cuando lo hago intento aprender cosas del sitio al que voy e intento empaparme de la cultura de los lugareños. No lo hago tanto como me gustaría, pero tiempo al tiempo.
Sin duda lo que más me motiva en esta vida es aprender. Siempre estoy leyendo sobre algo nuevo o apuntado a algún curso online. No paro. Soy como una esponja. Muchas de las cosas que leo o aprendo no me sirven para nada o me resultan aburridas, pero para saber lo que a uno le gusta tiene que probar.
En el último año me he matriculado en cursos de economía, inversión en bolsa, marketing, emprendedores, psicología criminal, meditación, jiu-jitsu (Arte marcial), fitness, desarrollo personal y teatro. (Eso que me acuerde ahora mismo).
Estar activo es sinónimo de bienestar. No te quedes quieto. Invierte tiempo en ti mismo.

Objetivos en la vida

Tener metas en la vida supone reforzar nuestra identidad, mejorar nuestra autoestima, aprender a valorar nuestro tiempo, nos ayuda a no perder la perspectiva.
Muchas veces nos cegamos con la rutina diaria y perdemos de vista el rumbo que queremos dar a nuestra vida.
Yo muy a menudo me pregunto ¿A qué me lleva invertir tiempo en esto? ¿Qué voy a conseguir a largo plazo?
Si las respuestas no me interesan, me dejo de esforzar y dedico tiempo a otra cosa.
Mi principal objetivo ahora mismo es sacar adelante este blog y poder vivir ayudando a la gente. Cada día le dedico el tiempo que puedo y sé que con el tiempo lo conseguiré.

Intento no quejarme

Reconozco que es algo que intento aplicar desde hace no mucho, y que en ocasiones me cuesta. Pero tengo muy claro que quejarse no ayuda nada más que a generar mal rollo con la gente. Por ello intento tener cada día más empatía con los demás para no quemarlos con mis quejas.
No hay nada peor que una conversación con una persona que solamente tiene palabras de desaliento. Hay veces que es necesario para regular emociones y está bien, es un momento concreto, pero coger la queja como hábito para después no hacer nada por cambiar lo que nos molesta… No lleva a ningún sitio, empeora tu estado de ánimo y amarga a los tuyos. Por ello, intento tener palabras de aliento para ellos.
Intento mostrarme agradecido con lo bueno que hay en mi vida y ser amable. Estoy atento al lado positivo de las cosas y si algo no me gusta intento cambiarlo. No hay más secreto que ese.

Alineado con mis valores

El sufrimiento es temporal, pero la dignidad dura para siempre. Intento ser fiel a mi mismo cada día mostrando respeto por los demás. Seguramente me iría mejor estando callado, pero me indigna la injusticia. Y no lo puedo evitar.
De hecho ahora mismo el estar alineado con mis valores es me costó mi empleo. Pero Jesús Matos no está en venta y jamás dejará que un criterio económico esté por encima de la salud de nadie.
Al final del día lo que importa es ser fiel a ti mismo y a los tuyos. El bienestar que te genera eso es impagable. Es la única forma que se me ocurre de dormir a pierna suelta por las noches.

Ser optimista

Mantener una actitud optimista es dar importancia al lado positivo de la vida. No tenemos que caer en la trampa de pensar que la vida es solamente disfrutar y solamente se puede ser feliz en los momentos en los que todo nos va bien. Para nada, ser optimista es aprender a levantarse cuando hemos caído, a perseguir nuestras metas cuando nadie cree en nosotros y por supuesto, a dejar ir cuando no hay otra opción.
No tenemos que caer tampoco en la trampa del optimismo ingenuo. Es decir, pensar siempre en positivo. Esta mentalidad lo único que nos va a traer va a ser decepciones. Tenemos que ser realistas. La perspectiva que mejores niveles de bienestar nos dará será la del optimismo inteligente.
Para adquirir esta actitud es necesario que sepamos regular nuestros estados emocionales, par así, aunque los problemas sean inherentes a la vida, aprender a surfear por las olas emocionales para alcanzar un equilibrio emocional.

Siempre que puedo ayudo

La amabilidad y la cortesía son unas cualidades que, aparte de acercarnos a ser mejores personas, nos hacen más felices. Por ello te animo a que seas más amable cada día. 
Para mi es una máxima. Si puedo ayudarte lo voy a hacer. Si puedo dedicarte un trocito de mi tiempo para que seas más feliz, no voy a dudarlo. Eso lo saben bien los que me conocen. Si tuviese que destacar diez atributos míos, seguramente la amabilidad estaría entre ellos.
Intento no hacer mal a nadie, animar al que está triste, apoyar incondicionalmente al que está dispuesto a cambiar, y aportar algo siempre que abro la boca. Aún así me equivoco muy a menudo. Es incontrolable. A todos nos puede pasar.
He dejado vivir en mi casa a amigos, he prestado dinero, me he quedado noches sin dormir porque necesitaban hablar, he dejado lo que tenía que hacer para apoyarlos. No tengo nada mío, compartir es la mejor parte. No te voy a engañar, muchas veces me paso y en vez de ayudar parece que soy tonto, pero aún así sigue mereciendo la pena.

La amabilidad te hará feliz

Los estudios de psicología positiva se centran en dar luz a aquellas cosas que nos ayudan a hacernos más felices.
Precisamente, los actos de amabilidad y cortesía han demostrado ser especialmente eficaces a la hora de incrementar las emociones relacionadas con el bienestar. Por ello, vuelvo a la recomendación de que cada día seas más amable.
Intentar mejorar la vida de los demás, y ser amable sin esperar nada a cambio es un acto tremendamente bonito que nos hace mejores personas. Pero a la vez, nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos.
No hace falta que sean grandes gestos de amabilidad, simplemente con intentar dar un poquito de nosotros a los demás podemos ver grandes cambios en nuestro estado de ánimo.

¿Qué actos se consideran amables?

Un acto amable puede ser casi cualquier cosa, desde las palabras a las miradas. Como te decía más arriba, no hace falta que sean grandes gestas. Un acto amable puede consistir desde hacer un voluntariado a ayudar a cruzar a una persona mayor la calle.
Lo bueno es que realizar este tipo de actividades en relación con la amabilidad está al alcance de todos. No cuestan dinero y en muchas ocasiones, a penas cuestan esfuerzo.
La ganancia de emitir este tipo de conductas es tremendamente jugosa. Por lo que no me queda más remedio que recomendarte poner en práctica la amabilidad desde hoy mismo.

Mi filosofía de vida

Te confieso que, desde antes de leer estudios relacionados con la amabilidad y el bienestar, mi filosofía de vida era dar sin esperar nada a cambio mostrando respeto por mí mismo y los míos.
Me lo han enseñado desde pequeño y no se actuar de otra manera. No te voy a engañar, este camino me ha llevado a sufrir algún que otro desengaño, pero en líneas generales, puedo decir que siempre el balance ha sido positivo.
Creer que ser amable con la vida y con los demás te traerá siempre más de lo que recibes es algo ingenuo. Es algo así como ser amable con un tigre y esperar que no te dé un zarpazo. Pero me parece una actitud mucho más bonita que pisar a los demás para conseguir objetivos. Eso se lo dejamos a los psicópatas.
Al final, puedo afirmar, que dar sin esperar nada a cambio, a la larga te aportará mucho más de lo que crees. Empieza a tener palabras amables con los demás. 

Ser amable con los demás, nos hace a todos más amables

Una de las cosas que me apasionan de la amabilidad es que cuando ejecutamos una conducta de este tipo, se multiplican las posibilidades de que la persona receptora de dicha conducta, a su vez, ejecute un acto amable en los siguientes minutos.
Es una de las grandezas del ser humano. La capacidad de empatizar con los demás. Somos animales sociales, y en algún momento de nuestra evolución, este rasgo supuso una ventaja adaptativa.
Por lo que, si quieres conectar con tu lado más humano, te recomiendo realizar actos altruistas a menudo.

¿Cuántos actos amables tengo que realizar para sentirme bien?

Parece que si nos ponemos como obligación realizar todos los días una serie de actos amables, estos pierden su capacidad para hacernos sentir bien y empezamos a verlos como una obligación.
Tampoco queremos eso. Los estudios  dicen que realizar un gran acto de generosisdad a la semana o concentrar cinco o seis pequeñso actos en un día, es la medida perfecta para no acostumbrarnos a los efectos psicológicos de esta conducta.
Tampoco te reomiendo que lo sigas a rajatabla. En este caso, más vale que sobre que no que falte. Al final, estamos haciendo del mundo un lugar mejor.

Cambiemos este mundo

Vivimos en un sistema que fomenta el egoísmo, el pisar a los demás para conseguir nuestros objetivos propios. Las grandes corporaciones y los gobiernos están dirigidos, en su mayoría por personas sin conciencia. Seamos la nota discordante.
La realidad es que solamente hay un 1% de psicópatas entre nosotros, pero desgracidamente esta proporción sube hasta el 70% cuando hablamos de altos cargos directivos.
El sistema en el que vivimos hace que este tipo de personas suban como la espuma. Pero la verdad es que hay mas personas buenas que malas.
Saquemos nuestro lado más humano a relucir. Dejemos de lado la deshumanización que estamos sufriendo y ayudemos al prójimo. Respetemos el planeta en el que vivimos y seamos responsables. Aportemos nuestro granito de arena.
Al fin y al cabo es la única esperanza que nos queda para sobrevivir como especie.

Aprende a ser feliz

Las buenas noticias es que también podemos aprender a ser felices. Y es que si invertimos el tiempo necesario para desarrollar las habilidades necesarias que poseen las personas felices, conseguiremos incrementar nuestros niveles de bienestar.
Para ello, necesitamos entrenar. Como te comentaba durante todo el artículo, la felicidad no está en las circunstancias personales de cada uno. Sin embargo, ponemos la mayoría de nuestros esfuerzos en intentar modificarlas.
Es mucho más fácil centrarse en aprender a regular emociones, aprender técnicas que potencien la aparición de emociones agradables o aprender a hacer mindfulness.
Si quieres una guía completa para conseguir aprender a regular la tristeza y alcanzar el equilibrio emocional en 12 semanas, puedes echar un ojo a mi libro. “Buenos días, Alegría”

Conclusiones

Hoy me apetecía contarte un poco más de mí para que vieses lo que hago en el día a día y cuales son los valores que me mueven. Espero que te haya servido de algo. A mí por lo menos me ha ayudado a reafirmar mi identidad.
No quiero que se te ocurra copiar lo que hago yo. Cada uno tiene su camino, pero si es verdad que puedes sacar ideas de este texto si ves que no te encuentras todo lo feliz que deseas. Intenta encontrar tu camino respetando tu privacidad de los demás. Que sea tu política de actuación a partir de ahora.
Me gustaría mucho que me contases en la sección de comentarios qué cosas haces tú para ser feliz.

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19 Comentarios

  1. Tere

    Jesús, qué buen artículo. La felicidad no es inaccesible, se consigue con estos hábitos tan sencillos.
    Gracias y un abrazo!

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  2. Gonzalo Germán

    Genial artículo! Fresco ,sincero …y práctico.
    Coincido con muchas de las cosas que dices y escrito también en las redes sociales y en mi web sobre cosas ,sentimientos y sensaciones parecidas (incluso tratando de humanizar un tema tan aparentemente frío como el que escribo, en el que hay dinero e inversiones de por medio).
    Me quedo con esta frase: «El sufrimiento es temporal, pero la dignidad dura para siempre.»
    Y para ser feliz, hace tiempo que me aplico ésta: «Para cualquier posible problema que puedas tener, la mejor y única solución es OCUPARSE en lugar de PREOCUPARSE»
    Lo dicho, enhorabuena, a seguir viviendo y tratando de ser feliz y de ayudar del modo que sea a que otros lo sean un poquito más…
    Saludos, gracias y suerte
    Gonzalo

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    • Jesús Matos

      Me alegro de que te guste Gonzalo. Totalmente de acuerdo contigo en lo de que hay que ocuparse, no preocuparse. Hay estudios que dicen que el 98% de las preocupacones nunca se cumplen, así que… ¿Para que perder el tiempo?
      ¡¡Un abrazo enorme!!
      PD: Soy un fan enorme del trading 🙂

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  3. Tríscele

    Me ha gustado tu artículo 🙂
    No tengo pensado hacer un «corte y pega», pero quizás alguna cosa si mire de hacerla yo también y probar… Por ejemplo el tema del deporte y la comida sana, dos pendientes de hace tiempo pero que por una cosa u otra nunca las acaba de encajar en mi rutina.
    Síguenos contando más sobre ti y tus experiencias e próximos posts, los que tienen una pegada personal suelen enganchar.

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    • Jesús Matos

      Pues te lo recomiendo encarecidamente. Comer bien y hacer ejercicio te dan un chute de energía brutal.

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  4. Gonzalo Germán

    Pues genial! Encantado de que tú o cualquier persona interesada en el mundo del trading y de los mercados, se pase por mi web cuando quiera…
    Yo soy un fan enorme de tratar de ser feliz, o sea, que me pasaré más veces por aquí…
    Saludos!

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  5. Franciscoach

    Hola Jesús,
    Muy buena guía de vida. Algunas de estas ideas coinciden con cosas que compartí en mi libro con ideas para cambiar de vida. A veces son cosas tan pequeñas las que producen el cambio que no nos damos cuenta y lo dejamos pasar.
    Espero que muchos copien algunas de tus propuestas, seguro que son un poquito más felices.
    un abrazo

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    • Jesús Matos

      Muchas gracias Fran. Tu también eres un ejemplo a copiar… 😉

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  6. Luis Fernando Arteaga

    Hola Jesús, que buen artículo, inspirador.
    Te cuento que hago casi todos los items que señalas, menos el del ejercicio; solo camino un poco por el campo donde vivo; pero no lo hago es por un problemita que tengo en la columna y cuando hago ejercicio me duele en la noche.
    Con el que más me identifico es con el apartado de los valores. Estoy convencido de que mantener los valores te hace feliz. Mi carácter es bastante calmado y hay pocas cosas que me hacen enojar, pero cuando mi dignidad está amenazada…huy huy huy.
    Pienso que vivo tan feliz es porque he decidido dejar los resentimientos a un lado, no como de recuerdos y no le permito a nadie ni a nada que altere mi felicidad.
    Gracias por tu aporte.
    Un abrazo.

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    • Jesús Matos

      Es importantísimo eso que dices de los resentimientos Luis Fernando, hay que aprender a pasar página. Es fatal eso de quedarse enganchado.
      Me alegro muchísimo de que seas feliz.
      Un abrazo

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  7. Diana Garcés

    Definitivamente muchas personas piensan que la felicidad se consigue cuando adquieres objetos materiales o tienes mucho dinero, olvidando que la felicidad está en las pequeñas cosas de la vida, en eso que hacemos de manera «manual» y que no nos damos cuenta que aportan y dan más felicidad de la que podemos imaginar.
    Muchas gracias por compartirnos un poquito de ti y enseñarnos el camino que has recorrido.
    Saludos,

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  8. Cristina

    Hola Jesus! Me parece increíble tu post. Y efectivamente estoy de acuerdo en que vivir de acuerdo a tus valores es una de las mayores fuentes de felicidad que uno puede encontrar. Ojalá todo el mundo compartirse tus valores, porque este sería sin duda un mundo mejor.
    Enhorabuena! Un abrazo

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    • Jesús Matos

      Me alegra muchísimo que te haya gustado Cristina. Por cierto, te he cotilleado el blog 😛 y la verdad es que tengo que darte la enhorabuena. Creo que compartimos la misma forma de ver la psicología y tenemos una formación muy parecida (Aunque yo el doctorado lo dejé a medias jejeje). Si te apetece que colaboremos en algo, no tienes nada más que decirlo. Un abrazo Cristina.

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  9. Melania

    Me ha parecido un artículo genial y lo llevo todo a la práctica, menos lo de «intentar no quejarme». Reconozco que lo hago mucho con la gente que tengo confianza, y es algo que debo cambiar porque aunque para mí sea una manera de liberación emocional, al que escucha le cansa y a mi me permite volver a recordar algo que me tiene con insatisfacción y así esa insatisfacción se incrementa por el hecho de quejarme.
    Difiero en el tema de los objetivos en la vida, si es bueno tener metas por supuesto, pero cuando ves que los objetivos que te marcaste en tu juventud temprana no se van cumpliendo porque son cosas que se escapan a tu control, viene la decepción, y ahí yo creo que entra el tema de las expectativas que nos hacemos de las personas y los acontecimientos. Por lo que al no cumplirse con el paso de los años, por ejemplo, el límite de la edad maternal marca un freno a tener hijos, llega la infelicidad. Es por esta razón que además de estas pautas, yo añadiría que las circunstancias que tengas, son las que ayudan a cumplir tus metas. Un poco de locus de control externo tambien influye no? luego cada uno podemos hacer lo que esté en nuestras manos.
    MELANIA. BADAJOZ

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  10. ISABEL FANO IBAÑEZ

    Hola Jesús
    Damos por finalizadas las navidades. ojala que el deseo de «felicidad» (paz, amor, ilusión…) que nos hacemos de año en año, se mantenga hasta diciembre de 2018.
    Conocemos el precio de todo y el valor de un poco.
    Tus hechos reales son un ejemplo de conducta, esfuerzo y hábitos saludables a seguir. Jovial, enérgico. Con una expresión fresca y clara.
    Sincero, sano, solícito, sensible, solidario… un modelo a seguir. Ya me gustaría a mí poder copiarte
    hihi….
    Que pases un buen día, un abrazo.

    Responder
  11. Mª jose

    Yo practico yoga cada dia , empeze a comer como tu dices, comida de la abuela, me encanta pasear por la playa
    suelo hacerlo cada dia y tambien me gusta mucho aprender y estudiar.
    lLo ultimo que hice fue sacarme un curso de reiky, curso zen, practico la meditación y
    el h´oponopono y la verdad que soy muy feliz.gracias por compartir

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